¿Es sostenible un turismo que mueve cada año a más de 1.200 millones de personas por todo el mundo? La ONU ha declarado este 2017 el año del turismo sostenible y para el desarrollo con el fin de que esta industria, que apenas ha acusado la crisis mundial, que representa el 10% de la economía mundial y genera uno de cada 11 empleos, reflexione sobre cómo mantener el alto volumen de negocio que supone sin matar la gallina de los huevos de oro. Y el foro para llevar a cabo estos debates y mostrar lo que el sector ofrece como sostenible es Fitur, la feria internacional de turismo cuya edición número 37 se inaugura este miércoles en Madrid.

Taleb Rifai, secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), único organismo internacional con sede en Madrid, se ha hecho eco de los problemas que plantea la masificación de los viajes y el impacto negativo que causa en algunos países y ciudades, cuyos ciudadanos ven cómo se transforma su paisaje cotidiano, su vida se ve alterada y no tienen claras las ventajas que ello les reporta.

«El turismo y su crecimiento no son enemigos. El reto está en crear nuevos productos diferenciados y gestionar el flujo que genera el turismo, pero el crecimiento no se puede parar», apunta Rifai.

La sostenibilidad del turismo para la ONU y la OMT supone satisfacer las demandas económicas de las zonas turísticas nuevas o aún por descubrir, al tiempo que se mantienen unas mínimas exigencias medioambientales para no agotar los recursos naturales de países aún vírgenes de las masas turísticas. Las primeras medidas pasan por concienciar tanto a los sectores económicos como a los potenciales turistas en el respeto a las poblaciones receptoras. Por eso en Fitur se va a presentar la campaña Viaja, disfruta y respeta.

Recomendaciones

La cumbre mundial de turismo sostenible celebrada en Vitoria en noviembre del 2015 aprobó una carta de recomendaciones cara al 2020 que pone tareas a todos los sectores, incluso a los turistas, para realizar una planificación de esta actividad respetuosa con el medio ambiente, el patrimonio mundial, las poblaciones locales, la igualdad de género y lograr una industria más verde.

En esta edición de Fitur, en la que ha aumentado el 6% el número de expositores (habrá 755), las 9.672 empresas que presentarán sus ofertas tendrán que adaptarse a las recomendaciones de sostenibilidad. Los datos que maneja la organización marcan el camino: este año un tercio de los viajeros escogerán destinos más ecológicos (eco-friendly), el 39% de los viajeros se muestran interesados en probar un eco-tour y el 79% considera importante reservar hoteles comprometidos con el medio ambiente.

Una encuesta internacional realizada por el portal de reservas Booking hace un par de años constataba que entre el 2014 y el 2015 se multiplicó por cinco la demanda internacional a destinos más sostenibles. Y una encuesta hecha pública en un reciente encuentro de turoperadores internacionales en Málaga mostró que al menos el 83% de los turistas estaban dispuestos a pagar más por un establecimiento sostenible.

El turismo de sol y playa podría haber tocado techo, lo que no quiere decir que haya dejado de ser hegemónico en viajes de ocio. El sector busca destinos alternativos a la masificación de zonas playeras o afectados por la amenaza terrorista, como Túnez, Turquía y Egipto, que el año pasado perdieron, entre los tres, alrededor de cuatro millones de turistas, según Rifai.