El sector bancario español goza en líneas generales de una cómoda situación de liquidez y varias entidades han aumentado sus emisiones de títulos de deuda. Los bancos han mantenido su nivel de rentabilidad -con la excepción del liquidado Banco Popular- y han continuado reduciendo los créditos morosos, también aquellas con más créditos tóxicos, lo que ha acercado la ratio de los bancos españoles a la media de la UE. Pero hay un elemento que sigue sin cosechar los avances que los inspectores de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo esperan: la reestructuración bancaria y la privatización de Bankia.

«La fusión de BMN y Bankia en enero del 2018, acompañada de la venta de una pequeña parte de Bankia por parte del FROB en diciembre de 2017 es el último paso en el proceso de reestructuración del sector bancario español. Completar la privatización de la entidad fusionada y los planes de desinversión de las fundaciones bancarias en las cajas de ahorro reforzará todavía mas el sector bancario español», avisan en un comunicado emitido ayer, tras la novena visita realizada a España en el marco de la vigilancia puesta en marcha a raíz del rescate bancario de 41.300 millones solicitado en el 2012.

Los técnicos del BCE y la Comisión, que visitaron Madrid el 9 y 10 de abril, admiten que la Sareb ha mejorado su margen bruto pero alertan de que sigue registrando pérdidas. El año pasado, el conocido como banco malo redujo obtuvo pérdidas de 565 millones, el 15% menos, gracias a la venta de 18.925 inmuebles.

El diagnóstico señala que la economía sigue registrando un crecimiento robusto pero alerta del elevado endeudamiento público y privado así como del alto nivel de desempleo que siguen suponiendo un elemento de vulnerabilidad. «Es importante que España haga esfuerzos para garantizar un camino de crecimiento sostenible y conseguir un crecimiento mayor de la productividad».

Para ello, avisan los inspectores europeos, el Gobierno de Rajoy debe seguir dando pasos para reducir el paro, conseguir crear un mercado de trabajo más inclusivo y mejorar el entorno empresarial. Es más, insisten en que «España debe aprovechar las favorables condiciones económicas actuales para continuar con la consolidación fiscal».