La Caixa cerró ayer una etapa de 110 años de historia con su transformación en fundación bancaria y su extinción como caja de ahorros. La asamblea general de la entidad, formada por 160 miembros representantes de las entidades fundadoras y de la sociedad civil, se reunió por última vez, como siempre a puerta cerrada, en la sede de la entidad en las torres negras de la Diagonal de Barcelona.

El máximo órgano de gobierno refrendó la conversión de la caja en fundación, impuesta por la ley de cajas de ahorros y fundaciones aprobada el pasado 27 de diciembre. Esta legislación ha visto la luz como consecuencia del rescate de la banca española y la presión de Bruselas para mejorar la gobernanza de las antiguas cajas, consideradas culpables de la crisis.

En virtud de esta ley, las cajas de ahorros que controlan más del 30% de un banco deben convertirse en fundaciones bancarias y desaparecer. Es el caso de La Caixa, que ostenta el 60,5% de CaixaBank, cuyo valor en bolsa suma 25.000 millones de euros. La aplicación de la ley comportará la desaparición de todas las cajas españolas, excepto las de Ontinyent y Pollença, aunque la primera que ha dado el paso es La Caixa.

La nueva fundación bancaria nace con una dotación fundacional de 5.868 millones de euros, con unos fondos propios consolidados de 16.519 millones, y un valor de mercado, a 31 de marzo de 2014, de 19.837 millones. Esta entidad traspasará sus activos y pasivos a Criteria. La fundación será la propietaria de Criteria y esta a su vez será la que controlará el 60,5% de CaixaBank, además de las participaciones en Gas Natural (34,5%), Abertis (19,2%) y Agbar (24,2%), entre otras. El banco cotizado es a su vez accionista de referencia de Repsol y de Telefónica.

El presidente de La Caixa, Isidre Fainé, explicó ayer que la valoración de la fundación "la convierte en la segunda más grande de Europa y la tercera más grande del mundo, sólo por detrás de la Fundación Bill y Melinda Gates y de Wellcome Trust, del Reino Unido". La asamblea también acordó ayer la aprobación de los estatutos de la fundación y el nombramiento de su patronato, que será el máximo órgano de decisión de la entidad.

Cumpliendo con lo establecido en la ley, uno de los miembros del patronato será designado directamente por las entidades fundadoras de La Caixa, de acuerdo a un turno rotativo por orden de antigüedad. En este caso, corresponde a la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País. Otros dos serán designados directamente por Cáritas Diocesana de Barcelona y Cruz Roja Española. El resto del patronato estará formado por Javier Solana, Jaume Lanaspa y Salvador Alemany, además de Josefina Castellví, Maria Teresa Bassons, Francesc Homs, César Alierta, Carlos Slim, Javier Godó, Juan José López Burniol, Alejandro García Bragado e Isidro Fainé. El presidente de la fundación bancaria se escogerá de entre los miembros del patronato en la primera reunión prevista para junio. Con toda seguridad será Isidre Fainé, que compatibilizará el cargo con la presidencia de Criteria y CaixaBank.