La tenue recuperación económica no está logrando reducir la desigualdad salarial en Aragón. CCOO alertó ayer de que las diferencias se están «cronificando» debido a una caída más intensa de los sueldos entre los trabajadores que menos cobran, lo que está «agrandando» la brecha. Según el informe Pobreza y desigualdad salarial en Aragón presentado ayer por el sindicato, las personas con los sueldos más altos ganaban antes de la crisis siete veces más que los empleados más pobres de la comunidad, mientras que los últimos datos indican que ahora cobran diez veces más. De hecho, uno de cada seis aragoneses (67.500 empleados) gana actualmente menos de 715 euros brutos al mes y 103.500 (el 24% del total) recibe una retribución inferior a los 950 euros brutos.

«La devaluación de los salarios y la reforma laboral han elevado la desigualdad, han hecho más injusto el reparto de la riqueza en nuestro país y han creado la figura del trabajador pobre», denunció durante la presentación del informe el secretario de Acción Sindical de CCOO Aragón, Manuel Pina, que explicó que el incremento de la brecha se debe en buena parte a que la mayoría de empleos que se han creado en los últimos años son precarios y, por tanto, con sueldos bajos.

No en vano, gran parte de los nuevos contratos son temporales y/o a tiempo parcial, una modalidad que no deja de crecer en España. «Lamentablemente, ahora tener un trabajo no garantiza salir de la pobreza», apuntó Pina.

En este sentido, el informe elaborado por CCOO destaca que la precariedad laboral en Aragón tiene nombre de mujer, joven, con un empleo a jornada parcial y temporal, y que habitualmente trabaja como camarera, dependienta o empleada del hogar. «En la comunidad hay 27.800 trabajadores que tienen una retribución anual de menos de 6.000 euros, lo que distribuido en 14 pagas equivale a 427 euros brutos», insistió Pina, que lamentó que la reforma laboral del 2012 «generalizó los contratos a tiempo parcial, la temporalidad y la devaluación salarial».

Así, el estudio del sindicato señala que el 96% de las personas que menos cobran en la comunidad trabajan como asalariados a tiempo parcial y solo el 4% lo hace a completa. A este respecto, Pina recalcó que, al contrario que lo que ocurre en países del entorno, más de la mitad de los empleados que cuentan con una jornada parcial no la tienen de forma voluntaria sino «por pura necesidad» y de ellos tres cuartas partes son mujeres.

JÓVENES Y PRECARIEDAD

Aunque los bajos salarios afectan a todos los grupos de edad, los trabajadores jóvenes son el grupo más perjudicado por la precariedad laboral, una pobreza que no discrimina por nacionalidad. De hecho, en el grupo de personas con sueldos más bajo hay más españoles que extranjeros.

El informe también señala que la antigüedad «no supone salir de esta situación».

Pina consideró que esta situación de desigualdad se mantuvo en el 2016, dado que la subida salarial media no llegó al 1% mientras la inflación alcanzaba el 1,6%, aunque reconoció que sí que es posible que la última subida del salario mínimo pueda mejorar algo la situación. No obstante, recordó que solo el 3% de los trabajadores recibe el salario mínimo y que, pese a que sí tiene una tendencia a subir los sueldos más bajos, tiene «la impresión» de que las empresas «se van a resistir a ello».

Pina añadió que el salario mínimo perdió mucho poder adquisitivo durante la crisis que la última subida no recupera e instó a que se parezca más al de otros países europeos, en los que no hay tanta diferencia entre sueldos altos y bajos.