Un precio justo para el avicultor. Esa es la reivindicación de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), que trasladó ayer su preocupación por el bajo valor que registra la carne de pollo en el mercado. La organización denuncia que las grandes cadenas están utilizando este producto como reclamo y la están vendiendo, de media, a 2,18 euros por kilo, una cuantía que se traduce en una ganancia para el avicultor de 15 céntimos el kilo de pollo. «El ganadero debería ganar 45 céntimos por kilo para no vender por debajo del precio de producción», señaló ayer el presidente de UPA, José Manuel Roche. Por ello, los pequeños ganaderos piden que las grandes cadenas eleven 20 céntimos el precio por kilo, una medida que ya ha tomado Carrefour.

También reclaman a las integradoras que mantengan cinco camadas por granja al año porque «actualmente algunas van a dos o tres». «Los ganaderos no tienen derecho a quejarse porque las integradoras toman represalias», lamentó Roche, a las que acusó de «prácticas abusivas». Si no se toman medidas, UPA anunció movilizaciones en el sector.

El secretario de organización, Enrique Arcéiz, criticó que las integradoras «ponen de excusa» el alto precio de las materias primas cuando, en realidad, «los cereales para piensos son un 20% más baratos que en el 2014».

PLAN CONSENSUADO / El problema viene de lejos. «Desde el año 2000 el sector no ha tenido estabilidad» porque «está en manos de integradoras», argumentó Roche. Por este motivo, UPA pide un plan de ordenación consensuado entre ganaderos, el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas que permita el desarrollo sostenible del sector y elimine los riesgos a los que puede conducir la situación actual, como el cierre masivo de granjas.

En Aragón hay 405 explotaciones avícolas, con una media de 30.000 plazas por granja. El sector genera en la comunidad más de 500 puestos de trabajo directos y más de 1.500 indirectos.