Quienes hayan visto las películas de El señor de los anillos sin leer la obra de J. R. R. Tolkien quizás se pregunten a qué lugar parten en barco algunos de los principales protagonistas al final de la trilogía. Van al oeste, al continente llamado Aman, en el que se encuentra el reino de Valinor, hogar de unos seres divinos llamados los valar. En resumen, el viaje funciona como tránsito al paraíso. O al nuevo mundo, si hacemos una analogía entre la Europa y los EEUU de la época en que fue escrita la novela. En los últimos años, esta imagen se viene repetidas veces a la cabeza al comprobar cómo las buenas aperturas de Wall Street salvan la sesión bursátil europea.

Además de por su preponderancia como primera potencia mundial, este fenómeno se debe a que Estados Unidos, que acogió el estallido de la crisis, empezó mucho antes que Europa --y de forma más decidida-- a tomar medidas para combatirla. Y así nos va, con serias dudas sobre si la zona euro va a caer en una tercera recesión. Ayer un nuevo dato avivó los temores. La confianza empresarial alemana cayó en septiembre a su nivel más bajo desde abril del 2013, en su quinto mes consecutivo de descenso. Como el estado de ánimo de los empresarios germanos, la jornada se mostraba sombría en las bolsas hasta que un buen dato de venta de viviendas en EEUU cambió el tono.

El Ibex 35 subió el 0,51%, hasta los 10.856,9 puntos, mientras que la prima de riesgo descendió hasta los 114 puntos básicos.