Las ventas de gran consumo (alimentación y droguería) bajaron el año pasado el 1,6% en volumen y el 1,2% en valor debido, principalmente, a que los usuarios, apoyados en la recuperación económica, gastaron más fuera de casa que en años anteriores.

Según la consultora Kantar Worldpanel, que cree que el 2017 cerrará en positivo en volúmenes porque se estabilizará la situación, este mayor consumo «extradoméstico» provocó que se hicieran 5,7 millones menos de ingestas en el hogar. Cuando estalló la crisis, una de las primeras medidas de ahorro de los hogares fue salir menos, mientras que ahora la tendencia se está invirtiendo porque que se están recuperando los indicadores y porque crece la confianza de los usuarios, según el directivo de Kantar Worldpanel César Valencoso.

En el 2016, también contribuyeron a contraer la demanda fenómenos como el estancamiento de la población (-0,2%) y una mayor concienciación por parte de las familias contra el desperdicio alimentario.

La marca blanca, estable / Por otra parte, el sector del gran consumo logró mantener una evolución positiva en los precios a pesar de la caída de las ventas y de la demanda, lo que demuestra que el consumidor «vuelve a buscar más valor en sus compras, aunque no a cualquier precio».

Este fenómeno también tuvo su reflejo en la evolución de la marca blanca o de distribuidor, que por tercer año consecutivo mantuvo su cuota de mercado. En concreto, cerró en el 34,1%, apenas 0,2 puntos más que en 2015. «Si los distribuidores no deciden lo contrario, la marca blanca se mantendrá estable en los próximos ejercicios», dijo Valencoso, quien subrayó que desde el punto de vista del consumo, «la crisis parece que ya ha acabado».

Mercadona cerró el 2016 como la primera cadena de distribución en España (22,9% de cuota). Dia y Carrefour ocupan la segunda y la tercera posición, empatados con un 8,5%, igual que en el 2016. Eroski se sitúa en el cuarto lugar y Lidl fue la que más creció, hasta el 4,1%.