Verallia ha destinado cerca de 30 millones de euros en los últimos tres años y medio para modernizar su planta de Zaragoza, una fuerte inversión que garantiza el futuro a largo plazo de la factoría de la carretera de Valencia. La que es la única fábrica de envases de vidrio de Aragón celebró ayer por todo lo alto su 50 aniversario con la inauguración oficial de su nuevo horno, que ha reconstruido desde cero y que está operativo desde mediados de marzo. Este nuevo equipamiento ha permitido ampliar la capacidad de producción de la planta en un 30% y ha reducido las emisiones de CO2 y el consumo energético. Actualmente, la fábrica ubicada junto a la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza produce cada día 1,5 millones de botellas y emplea a 180 personas.

Con esta importante inversión, Verallia -primer productor de envases de vidrio de Europa Occidental- demuestra que la planta de Zaragoza es un activo muy valioso para el grupo. «Hoy garantizamos la continuidad de la fábrica durante varias décadas más; estamos listos para otros 50 años», destacó ayer el director general de Verallia España y Portugal, Paulo Pinto, en el acto de celebración del 50 aniversario, al que asistieron unas 200 personas, entre clientes, socios y autoridades (entre ellas la consejera de Economía, Marta Gastón).

Además de reconstruir por completo uno de los dos hornos de la planta (el que fabrica en exclusiva botellas de cerveza), el grupo ha aprovechado para modernizar una de sus cinco líneas de producción, una máquina capaz de fabricar 550 botellas por minuto (800.000 diarias).

Estas recientes inversiones se unen a la que el grupo ya realizó en el 2015, cuando destinó ocho millones a reparar el otro horno. «No prevemos más desembolsos en este sentido hasta el 2022», indicó el director de la planta, Eulogio López, que recordó que las actualizaciones de los hornos son obligadas, ya que al trabajar a altas temperaturas (sus paredes alcanzan los 1.400 grados) van degradándose. De hecho, su vida útil es de unos 15 años.

La antigua Vicasa logró mantener su actividad y su plantilla incluso en los años más duros de la crisis. Y lo hizo gracias, en parte, al dinamismo del sector agroalimentario español, que ha impulsado sus ventas en el mercado interior y exterior, como por ejemplo las firmas vitivinícolas.

PRINCIPALES CLIENTES

La fábrica de Zaragoza, por ejemplo, trabaja para todas las denominaciones aragonesas y para algunas de La Rioja y Castilla y León. Con todo, sus principales clientes son cerveceras, con el grupo catalán Damm y La Zaragozana a la cabeza.

Los vinos se llevan el 20% de su actividad, los cavas (Freixenet y Codorniu, sobre todo) un 10%, lo mismo que los licores y el agua (con Vichy Catalan a la cabeza). El segmento de zumos, aceites y refrescos, por su parte, suponen casi un 20% de la producción, siendo Coca-Cola otro buen cliente.

La ubicación de la planta zaragozana, que trabaja non stop los 365 días, juega un papel clave en un sector en el que la proximidad es un valor añadido. «Las botellas ocupan mucho; al final transportamos aire y eso encarece mucho los envíos, lo que hace que el mercado se concentre a 350 kilómetros a la redonda», subrayó López, que recordó que por eso la cuota de exportación de estas fábricas no es muy elevada.

Por otra parte, la consejera Gastón destacó la apuesta de la factoría por la seguridad laboral y su compromiso con el medio ambiente. «Ha demostrado una gran capacidad de adaptación», dijo Gastón en el acto de celebración, que contó con la actuación del famoso mago Jorge Blass.