Este Gobierno va a salvar los astilleros". Así de rotundo fue el compromiso de José Luis Rodríguez Zapatero ante los más de 2.000 socialistas que asistIeron en Bilbao al acto de proclamación de Patxi López como candidato a lendakari. El presidente del Gobierno anunció un plan de viabilidad industrial para el grupo público Izar que será "acordado" con los sindicatos. Dijo solemne que "no abandonará a su suerte" a ningún trabajador de los astilleros.

Zapatero hizo además una demostración práctica del "nuevo talante". Por primera vez, un presidente de Gobierno accedió a entrevistarse con representantes de los trabajadores de La Naval que se manifestaban ante el palacio de Euskalduna, escenario del acto político, para defender la continuidad del astillero de Sestao (Vizcaya) y de sus puestos de trabajo al grito de "Zapatero escucha, La Naval está en lucha".

PROBLEMA DEL GOBIERNO El plan de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para segregar los astilleros civiles de los militares ha puesto en pie de guerra a trabajadores y sindicatos. En la primera reunión de la pasada semana entre el presidente de la SEPI, Enrique Martínez Robles, y los sindicatos, éstos expresaron su rechazo al plan.

Toda la semana se han producido movilizaciones, sobre todo en Andalucía, Asturias y Euskadi. Con este precedente, Zapatero admitió que no quería "eludir" la cuestión y precisó además que no le gusta referirse a ella como a un " problema heredado" del Gobierno del PP. Lo que sí dijo es que el Ejecutivo de Aznar "hizo trampas en el solitario" y no dijo la verdad ni a la UE, sobre las ayudas que estaba dando a los astilleros y que han sido declaradas ilegales, ni a los trabajadores.

"Hoy es el problema del Gobierno de la nación y va a ser este Gobierno quien salve a los astilleros", vaticinó a la vez que empeñaba su palabra al prometer un plan de viabilidad.

En su encuentro con el comité de La Naval, Zapatero desveló que se ha abierto una "negociación fuerte" con la UE a fin de procurar el mayor margen de maniobra para devolver las ayudas declaradas ilegales por Bruselas. En estos momentos, la cantidad a devolver supera los mil millones de euros.

MOVILIZACION Zapatero reconoció el derecho de los trabajadores a movilizarse. Defendió que reivindiquen y se manifiesten, pero subrayó que el Gobierno que preside tiene "voluntad de llegar a un acuerdo" sin producir ningún efecto negativo en la comarca donde se ubica La Naval. En la margen izquierda del río Nervión, más de 9.000 empleos dependen, de forma directa o indirecta, del futuro del astillero.

La protesta de medio centenar de los trabajadores de La Naval se inició poco antes de las once de la mañana en medio de un fuerte despliegue policial. Cuando arreciaban los gritos y la tensión, el parlamentario y miembro de la ejecutiva, Rodolfo Ares, anunció al comité que el presidente les iba a recibir.

El encuentro se prolongó durante casi media hora y el mitin del Presidente se inició con un retraso que el aforo justificó y aplaudió.

No hubo aplausos en las reacciones a la promesa de Zapatero. El consejero vasco de Trabajo, Joseba Azkárraga (EA), se declaró escéptico. Aunque aplaudió la decisión de mantener La Naval, consideró imprescindible aclarar en qué términos y con qué carga de trabajo. También se preguntó si las palabras del presidente podían ser "fruto" de la presión de las sindicatos o de la campaña electoral en la que ya están inmersos los socialistas vascos.