"El plan de la SEPI es el plan que considero adecuado para iniciar la base de la negociación y garantizar el futuro de los astilleros en nuestro país". Con esta frase, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, eliminó ayer cualquier atisbo de discrepancia entre Moncloa y la SEPI.

El domingo, en Bilbao, el presidente del Gobierno asumió el compromiso de "salvar" los astilleros públicos. A partir de ahí, se especuló sobre la posible falta de apoyo del presidente a los planes de la SEPI, que incluyen la segregación de los astilleros militares y civiles y la entrada de capital privado. Los planes de la SEPI hacen temer a los sindicatos despidos, cierres y privatizaciones.

El apoyo de Zapatero al hólding público cayó como un jarro de agua fría sobre los sindicatos que ayer se reunieron con el presidente de la SEPI, Enrique Martínez Robles. "A día de hoy no admitimos segregación, ni despidos", por lo que "si no hay respuesta satisfactoria continuaremos con el calendario de movilizaciones", afirmó el representante de CCOO, Felipe López.

En la reunión, los sindicatos intentaron sin éxito convencer a la SEPI para aparcar su plan y negociar uno nuevo para remitirlo a Bruselas.