--¿Por qué Vox?

--Porque los once millones de votantes del PP quedan huérfanos de representación. El Gobierno incumple todas sus promesas electorales y pierde de forma acelerada apoyo social. Se empeña en mantener el gasto improductivo del Estado y subir los impuestos para cubrir el déficit. Politiza la Justicia. Muestra debilidad frente al separatismo catalán, excarcela a Bolinaga y es pasivo con la doctrina Parot...

--¿Cuáles son sus ejes?

--La democratización interna de los partidos por ley, una nueva ley electoral, hacer un Estado viable, no este inmanejable que nos arruina con las autonomías, la disminución drástica del gasto político del Estado, la despolitización de los órganos constitucionales, la aplicación contundente de la ley contra la Generalitat separatista y la ilegalización del brazo político de ETA.

--Hay otras formaciones nuevas con las que comparten principios. ¿No era posible la unión?

--Eso demuestra una gran madurez de la sociedad española. Estos tres partidos comparten una agenda de cambio muy ambiciosa para España pero son muy distintos en su modelo económico y social. UPD y Ciudadanos tienen una orientación de izquierda y socialdemócrata y nosotros somos claramente liberales y conservadores. UPD es de un laicismo agresivo que se opone a que el himno nacional suene en un funeral de Estado y a nosotros nos parece muy oportuno. Ciudadanos es indefinido.

--¿Cómo ve el futuro de Cataluña, usted que es frontal enemigo del proceso soberanista?

--Ha habido una gran irresponsabilidad por parte del Gobierno catalán y de los centrales por su colaboración con el separatismo. Pase lo que pase, nada va a ser bueno. El PSOE alimentó este monstruo y el PP lleva años acomplejado ante un nacionalismo catalán que se ha quitado la máscara. Si la Generalitat celebra el referendo, incluso un Gobierno tan pusilánime como el actual está obligado a aplicar el artículo 155 y emplear la fuerza física enviando a Cataluña a funcionarios del Estado que se hagan cargo del Gobierno. Se tenía que haber hecho ya.

--Sus adversarios dicen que son resentidos y de extrema derecha...

--Esto revela hasta qué punto es sucio y bajo el debate político en España. La extrema derecha en Europa se caracteriza por ser xenófoba, euroescéptica y proteccionista en lo económico. Nosotros somos liberales en lo económico, europeístas y apoyamos la inmigración; regulada, pero nos parece muy enriquecedor que lleguen personas de otras culturas. Europa tiene que ser generosa con quien lo pasa mal. Lo de resentidos es una bobada. En el 2011 me felicitaban en el PP por contribuir a la mayoría absoluta. Si hubiera hecho como muchos dirigentes del PP que piensan como yo pero se callan, ahora tendría un cómodo puesto de salida en las listas del PP. Actúo por convicción.

--¿Cómo le explica a un ciudadano fustigado por las políticas de Europa que un eurodiputado cobre 8.000 euros y viaje en primera?

--Es un debate un poco populista. El salario es un promedio de los diputados de los Estados miembro. El salario del eurodiputado es un tercio de un juez del Tribunal de Luxemburgo o de un director general. Cuando legislas para 500 millones de personas, coges 150 aviones al año, y más de la mitad de la Cámara tiene más de 60 años, debes garantizar unas formas de trabajar que no reduzcan sus expectativas de vida.

--Qué posición defiende ante el trasvase o los pasos fronterizos?

--Lo que se haga con el agua debe salvaguardar el interés de Aragón y el de España y no tomar ninguna medida unilateral. Con este enfoque y un debate público transparente y participativo, se pueden encontrar fórmulas que permitan a Aragón tener los caudales y las obras que necesita para su desarrollo y Aragón pueda contribuir simultáneamente al interés nacional. En cuanto a los corredores, yo siempre he defendido los dos, y sigo haciéndolo. Si la Comisión descarta alguno, que no sea por falta de interés de los diputados españoles. España necesita esos pasos, pero tropieza con el egoísmo de Francia, que nos ve como un competidor y no demuestra interés en abrirlos.