El manido concepto de la cohesión ha significado, sobre todo para los países del sur de Europa, recibir financiación extra procedente de Bruselas. Objetivo: tratar de mitigar las desigualdades a través de la cofinanciación de las políticas de gasto público.

Los Fondos Estructurales y el de Cohesión, aunque no son los únicos, son los instrumentos financieros más importantes de la política regional de la Unión Europea para a reducir las diferencias de desarrollo entre las regiones y los Estados miembros. Las cifras hablan por sí solas: en el último quinquenio, la dotación financiera asignada a la política regional ascendió a casi 348.000 millones de euros: 278.000 para los Fondos Estructurales y 70.000 millones para el de Cohesión. Es decir, un 35% del presupuesto comunitario.

En términos generales, en Aragón la financiación europea ha tenido una notable repercusión en infraestructuras, como por ejemplo la autovía mudéjar, que estuvo financiada en un 80% con fondos estructurales. También en otros proyectos, como Motorland o el cuasi abandonado aeropuerto de Huesca, uno de los ejemplos más relevantes de cómo malgastar el dinero procedente de Europa hasta el punto de llamar la atención de los llamados hombres de negro.

Ejemplos

Pero los fondos europeos no solo se traducen en macroproyectos, sino también en pequeñas y medianas obras necesarias para los municipios. Por ejemplo, en Teruel, hace ya más de una década, el programa Urban permitió al ayuntamiento rehabilitar y peatonalizar el centro histórico de la ciudad. Y desde la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, con sede en Jaca, se han gestionado proyectos como las obras del túnel de Bielsa. Otro ejemplo: en Zaragoza, parte del sellado del vertedero de Torrecilla de Valmadrid también se financiará con los Feder.

Enumerar las obras, programas o proyectos que se han puesto en marcha en la comunidad es, no obstante, un trabajo infinito. Porque el complejo mapa de los fondos que se aprueban en Bruselas abarca un amplio repertorio de políticas de distinto tipo que, en ocasiones, pasan desapercibidas para el propio ciudadano. La cuantía es multimillonaria. Del 2000 al 2006 Aragón recibió 472 millones solo procedentes de los Fondos de Cohesión. Teruel obtuvo su propio fondo de inversiones (el FITE) ya en 1993 al quedar fuera la comunidad de las regiones objetivo 1 de los fondos estructurales comunitarios por su renta per cápita. De este modo, la provincia cuenta con una hoja de ruta --a veces criticada por el destino de sus inversiones--, con planes hasta el 2016. Contando con el fondo del 2014, un total de 814 millones de euros.

Elevadas cuantías

Solo en el último periodo 2007-2013 desde el Gobierno de Aragón se han gestionado más 212 millones de euros a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y del Fondo Social Europeo (FSE). Este último engloba multitud de programas para fomentar el empleo y la cohesión económica y social. Por ejemplo, se han financiado sistemas de aprendizaje permanente en las empresas, apoyo a las víctimas de violencia de género en su inclusión en el mercado laboral, subvenciones a iniciativas de autoempleo, proyectos de integración para personas en riesgo de exclusión, programas piloto con empresas punteras en logística...

El Fondo Europeo de Desarrollo Regional, por su parte, ha dejado en la comunidad inversiones como los 10,2 millones para infraestructuras de investigación del Instituto Tecnológico de Aragón (ITA) o los 29,5 millones para extender las redes de banda ancha por el territorio. Otros 12 millones de euros han ido destinados a políticas medioambientales, a los que hay que sumar 11 más para protección del patrimonio. Pero, si se habla de concreción, de los fondos Feader, gracias a los cuales cualquier pueblo de la comunidad puede obtener ayudas para asfaltar una calle. Este año repartirán 12 millones de euros entre las comarcas y otros 8 para los pueblos. La demanda es tal que los municipios han pedido inversiones por 54 millones.

¿Cuál será el futuro de estas inversiones? En el período 2014-2020, se aplicarán los Feder, FSE y Feader, pero España no recibirá inversiones del Fondo de Cohesión. Y la prioridad europea será la inversión en innovación.