Casi al final de campaña a las elecciones europeas, la sensación de hastío se apodera conforme oyes declaraciones y descalificaciones, los argumentos dicharacheros y socarrones del candidato popular confrontan con las simplistas réplicas de la candidata socialista o los maximalismos histriónicos de Izquierda Unida, provocando una sensación de vacío de ideas y alternativas desalentador, con su ausencia dan a entender que no puede haber cambios, que no hay otra salida a la crisis salvo el descalabro social actual producido por quienes con nuestro voto pueden seguir o cambiar. El próximo 25 de mayo nos jugamos la orientación que pueda darse a cerca del 70% de las diferentes políticas que afectan nuestra vida cotidiana. Ese día podemos botar a quienes han impuesto la austeridad como único principio económico, se han vanagloriado de mandar "los hombres de negro" a controlar nuestras finanzas, han permitido que la prima de riesgo nos cueste casi 28.000 millones de euros de intereses al año, han impuesto reformas nefastas para nuestro sistema laboral y social al tiempo que nos hacían aportar enormes ayudas a los bancos (casi 80.000 millones ). Si mucha culpa de esta situación deriva de las políticas planteadas desde Europa, ¿cómo es posible que todas las encuestas den una abstención de más del 50% y solo el 17% de los españoles sepan que se celebran elecciones europeas el 25 de mayo?, sin duda el cansancio por los recortes y maltrato social, la desconfianza en los gobernantes y la despolitización no ayudan a que Europa deje de ser un misterio. Pero no se puede estar ausente ante este panorama, primero porque aunque la indiferencia les puede ser cómoda en la campaña, es nefasta para la democracia, y segundo, porque explicar los asuntos de calado europeo a revueltas de los continuados enfrentamientos de la política interna, es la peor pedagogía para movilizar el voto.

Sufridas en nuestras propias carnes las actuaciones de la UE, necesitamos conocer el modelo y la definición de Europa que desde las diferentes concepciones ideológicas se presentan y no especular sobre la continuidad del bipartidismo, las afinidades entre PP y PSOE o la gran coalición de gobierno para después de las elecciones generales del próximo año, sobre todo, porque intencionadamente aportan poco a clarificar las ideas que deberían mover el voto.

Los datos que las recientes encuestas del CIS transmiten, es que la intención directa de voto a los grandes partidos ha bajado un 26% desde el 2009 (del 54% al 28%), pero las otras opciones alternativas IU y UPyD suman un 8% en voto decidido. Si tenemos en cuenta que en las del 94 IU recibió el 10% de los votos y estas opciones ya tienen competidores para su mismo electorado (Ciudadanos, Podemos , Vox..) me parece que en lo de superar el bipartidismo, se ha vendido la piel del oso antes de cazarlo.

Centrar la base argumental de campaña en el "PP y PSOE son lo mismo" me resulta una afirmación injusta y falsa, ¡¡no será por su historia!! (el PP lo fundaron once ex ministros de Franco y el PSOE un grupo de obreros de artes gráficas, construcción y metalurgia) ni por su trayectoria (los socialdemócratas de toda Europa ,también el PSOE, son artífices del estado del bienestar, los neoliberales del PP son abanderados de su desaparición). Eso no impide asumir que en la gestión de esta crisis las diferencias son menos visibles, seguramente porque la capacidad de maniobra de los partidos políticos sea escasa en los asuntos económicos; pero ha sido la aceptación de los mercados como solución a la crisis en contraposición a la del Estado lo que produce confusión y precisa una autocrítica clarificadora desde la izquierda.

La formación de una coalición a la alemana ante la posibilidad de no haber mayorías suficientes para formar gobierno por las dos opciones mayoritarias tras las elecciones generales, viene oyéndose desde hace tiempo, los grandes grupos económicos, medios de comunicación y la élite política de este país están tanteándola, cuando Felipe González argumenta su posibilidad "si el país lo necesita" hace un flaco favor a su partido, sirviendo en bandeja argumentos envenenados a todos, las frivolidades en política se pagan aunque las diga él.

Estoy convencido de que este culebrón no termina aquí, estará en la campaña de primarias socialistas de los próximos meses y será algo más que especulación a finales del 2015.

Es preciso que la izquierda tenga mayoría en Europa y en España: !!la esperanza es lo último que se pierde!! para muestra ahí está el sorpasso del laborista Clement Richard Attlee que a los tres meses de terminada la II Guerra Mundial derrotó al hombre más vitoreado del Reino Unido , W.Churchill con un programa de derechos sociales que dieron lugar al estado del bienestar inglés hasta la llegada de Thatcher en 1978.