Podemos entraba anoche en el Parlamento europeo por la puerta grande y sorprendiendo a propios y extraños. Tanto que ni siquiera Pablo Echenique, nuevo eurodiputado aragonés, de los cinco que tendrá en Bruselas, ayer reconocía que no se lo esperaba, que sentía "respeto y vértigo" por tener que cambiar su trabajo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas por un sillón en Bruselas, con voz y voto para la comunidad autónoma. Pero asume el reto con "responsabilidad" y con la celebración de anoche por la "victoria de la gente corriente". Y, con las mieles de la victoria aún en el paladar también da para pensar en la cita electoral del 2015, en seguir creciendo y que Europa sirva de "punto de apoyo para afrontar nuevos desafíos a nivel local, autonómico y estatal".

Echenique estaba eufórico, feliz por la confianza dada por la gente y lo que esta significa. "La gente está hambrienta de cambio. Solo de ese modo se explica que una fuerza política que tiene solo 130 días de vida pueda conseguir esto", afirmaba nada más conocer el resultado anoche. Porque la clave, a su juicio, es que los ciudadanos se han dado cuenta de que "quienes nos gobiernan lo hacen para una minoría, muy pequeña, avariciosa y egoísta". "Sin lugar a dudas, ha ganado la gente normal", destacaba el candidato aragonés de Podemos, con sonrisa de oreja a oreja y varias decenas de personas congregadas en el Centro de Historias de Zaragoza ovacionando el éxito de convertirse en tercera fuerza política en Aragón.

En su opinión, los resultados obtenidos en las urnas permiten ser optimistas de cara al futuro, para "seguir poniendo en peligro la poltrona que tenían asegurada los políticos de casta". El grupo político ayer se sabía protagonista y así, sin grandes alardes pero con confianza, para que "de aquí a las municipales y autonómicas podamos seguir creciendo y pensando en que podemos entrar o quitarles algunos ayuntamientos".

¿Dónde está el límite de este fenómeno? Seguramente en cómo canalizar esta "responsabilidad", como destacaba Echenique, que prometió trabajar y trabajar para hacer valer este respaldo, para que no sea en vano su presencia en Bruselas y eso se logra "no haciendo como Jaime Mayor Oreja --europarlamentario del PP--, que solo ha hecho una pregunta en cinco años y seguramente fue para saber dónde estaba el baño".

Echenique también admitió que no esperaba este impacto tan positivo porque "era imprevisible". "No sabía qué podía pasar, si seríamos uno o dos, o cinco como ha sucedido o más, por el momento de desmoronamiento del régimen y del bipartidismo. Con tanta ebullición todo era posible", afirmó. Así, tan corriente como la gente a la que dice representar, Podemos abría así un nuevo ciclo en Aragón.