PP y PSOE sufrieron ayer en sus cuentas electorales los efectos de su desencuentro con la sociedad oscense, que les castigó con un histórico desplome: por vez primera, entre ambos no llegan a sumar la mitad de las papeletas en unas elecciones europeas. Y eso ocurrió en una jornada en la que aumentó la participación.

Los conservadores obtuvieron una pírrica victoria en la que se dejan más de un tercio de los votos que obtuvieron hace cinco años y más de la mitad de los históricos 9.306 de hace veinte para caer por debajo de los 5.000.

El PSOE, por su parte, mantiene el progresivo declive de sus resultados iniciado en 1999: después de tres comicios en el entorno de los 7.000 sufragios, ayer se situaron por debajo de los 4.000, una cifra desconocida, por baja, en sus registros.

Los oscenses manifestaron ayer un rotundo viraje en sus simpatías electorales cuyo principal beneficiado fue, como en el resto de Aragón y de España, Podemos. La formación de Pablo Iglesias irrumpe en el panorama electoral de la capital aragonesa con un fuerte empuje: sus más de dos millares de votos lo sitúan por delante de formaciones de izquierda como IU, claramente distanciado de partidos emergentes como UPD y lejos de CHA, que concurría a estos comicios en la coalición Primavera Europea, en la que los ecologistas de Equo eran la marca principal.

IU duplicó con creces sus resultados del 2009 y volvió a superar el millar y medio de votos, aunque sigue lejos de los casi 3.000 de 1994, cuando se benefició del tirón Anguita-Fustero.

UPD mejora sus resultados notablemente en su segunda comparecencia al sumar algo más de 600 votos a los 933 de hace cinco años, mientras CHA experimenta de la mano de Equo una clara recuperación que le hace casi triplicar los menos de 400 sufragios que obtuvo en el 2009.

Tras estos partidos, ganan fuerza otras formaciones como Ciudadanos, cuyos 608 votos le habrían otorgado ayer un apoyo suficiente para obtener un concejal en Huesca si no fuera por el requisito de superar el 5% de los sufragios emitidos.