Según los organizadores, casi dos mil personas acudieron al acto central del PSOE aragonés, asistido minuto a minuto por el coordinador de campaña, Roberto Fernández, veterano en estas lides. En las primeras filas no faltó ni un solo dirigente o aspirante a dirigente del socialismo en la comunidad. Y aunque hubo menos asistentes que en citas anteriores, los socialistas creen que están saliendo ya del punto bajo del bache que sufrieron en las últimas elecciones del 2011.

Desde la prudencia, aprecian que esta segunda semana ha habido un vuelco en las sensaciones. Las criticadas palabras de Miguel Arias Cañete tras el cara a cara con Elena Valenciano fueron aprovechadas al máximo, como ha sucedido durante toda esta semana, para captar el voto de muchas mujeres que se sintieron ofendidas cuando el candidato popular insinuó que se había dejado perder para no mostrar "superioridad intelectual" ante una mujer.

Eso, y que ayer mismo se difundieran las propuestas de los militantes populares para Europa en las que se incluye el trasvase, ha dado alas a un PSOE que cree que puede superar por poco al PP el domingo. Por ello, insistieron en que hay que votar, y no ocultaron su enfado, por considerarlo "injusto" con formaciones como CHA, UPD e IU que en su intento de captar votos de socialistas descontentos aluden a su supuesta pureza frente a un PSOE que igualan al PP. Temían ayer mucho más a este argumento y a la abstención que al propio PP. Y ahí creen que tienen su gran desafío.