-¿Qué valoración hace del resultado electoral?

-No admite muchos matices. El resultado ha sido malo, peor del esperado a pesar de que el contexto no era muy amable. En ningún caso esperábamos un resultado tan negativo.

-En Aragón han perdido los tres diputados que tenían.

-Han sido unas elecciones generales y nos han sacudido en todo el país. Bajar de 57 diputados a 10 es un mal resultado que no solo afecta a esta comunidad. Tampoco hay que buscar causas concretas y precisas del caso de Aragón. En el cómputo, si se compara a niver nacional, dentro del porcentaje bajo de voto obtenido en el caso de Aragón estamos tres puntos por encima de la media. Dentro de lo malo, nos ha ido mejor en Aragón que en el resto de España. No hay un factor concreto que nos diferente porque ha sido malo en el resto de comunidades.

-¿A qué se debe esta pérdida de confianza del electorado?

-No hay una única. Se ha producido en un contexto inédito y muy extraño con la celebración de varias elecciones y con una fragmentación del electorado tremenda. Lógicamente algo habremos errado. Es evidente que cuando pierden 47 diputados de una tacada es que en tus políticas ha habido algún error pero es un proceso que tenemos que analizar.

-¿La situación de Cataluña les ha perjudicado?

-Las elecciones han estado tremendamente condicionadas por la polarización que se ha producido estas últimas semanas en la sociedad. Ha habido una radicalización de los posicionamientos extremos que vemos con la subida de Vox tan espectacular, que se ha convertido en la tercera fuerza política, y la irrupción de fuerzas independentistas en el Congreso de los Diputados como la CUP. Nos hemos encontrado con que el electorado ha dicho más Sánchez, más radicalidad; es decir, más Vox, y menos centro. Cuando se produce esta situación donde la gente tiene sus rabias y las emociones están a flor de piel después de ver las imágenes de Cataluña, el centro sufre porque es un llamamiento a la moderación, al entendimiento y a los grandes pactos de Estado. Y la gente te dice que esto está muy bien pero que ahora es momento de otros planteamientos.

-¿A Cs le han castigado por pactar con Vox?

-Nosotros no hemos pactado con Vox. Los pactos de Gobierno han sido siempre con el PP, y luego ha pactado con Vox.

-¿Es Cs una copia de otro partido como dijo Rodrigo Gómez tras conocer los resultados?

-Hay que enmarcar estas declaraciones en el contexto en el que las hizo, tras el batacazo que le dejó fuera del Congreso. Humanamente es normal que en ese momento buscase algún tipo de explicación. Yo no comparto esa apreciación de que seamos una copia de otro partido. Al contrario, creo que últimamente ha habido algunos que han intentando posicionarse en espacios de centro que tenían olvidados.

-¿Qué le parece la dimisión de Albert Rivera?

-Creo que es un verdadero demócrata que lleva la política metida hasta el tuétano y que hasta el último momento nos ha dado una lección de coherencia, de dignidad y honestidad. Es un político que, en contra de lo que suele hacerse habitualmente, es capaz de asumir sus propias responsabilidades ante un mal dato electoral. Rivera no se va porque ya no le quepan casos de corrupción en la mochila o porque no haya cumplido sus promesas electorales, él se va porque ha sufrido un revés en las urnas y considera que es lo mejor para el partido.

-¿Inés Arrimadas debería ser la sustituta?

-Es la persona adecuada porque tiene el perfil perfecto para seguir liderando el proyecto de Cs. Es una sucesión casi natural y creo que lo piensa gran parte de los votantes. Tendría todo el sentido que fuera ella y es una candidata magnífica. Creo que hay muchos que no nos han votado que pueden sentirse cerca de Inés.

-¿Le preocupa el futuro del partido?

-Claro, pero tengo claro que Cs se levantará, se repondrá y saldrá adelante y fortalecido. Si algo nos preocupa ahora es el futuro de España y la gobernabilidad del país. Estoy alarmado ante la posibilidad de que asistamos a un cambalache de siglas y de pactos. H