Durante la etapa de gobierno de José María Aznar (1996-2004) se bajaron los tipos impositivos, se cambió la estructura de los impuestos y aumentó la recaudación. Los ingresos tributarios se duplicaron y el peso de estos en el PIB aumentó, todo ello en un contexto de fuerte crecimiento de la economía (con burbuja inmobiliaria incluida) y de los salarios. Los informes de recaudación de la Agencia Tributaria cifran en 12.490 millones de euros el impacto de menor recaudación por los cambios normativos adoptados desde 1998 hasta el 2004, sin embargo los ingresos tributarios aumentaron y elevaron su peso en el PIB hasta el 21,6% al final de esta etapa de gobierno.

José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) llegó a la presidencia del Gobierno en 2004 con el argumento de que «bajar impuestos también es de izquierdas». Tanto fue así que el impacto recaudatorio de la rebaja fiscal que implementó en los años del 2007 al 2009 fue de una intensidad que multiplicó por 2,2 veces las de su antecesor, Aznar, hasta rozar los 28.500 millones. Pero la economía española caminaba hacia la recesión y la recaudación se hundió de tal manera que en los dos últimos años de mandato socialista (2010 y 2011) hubo que volver a subir todos los impuestos (sobre todo, el IVA) , en más de 14.300 millones. Como resultado de estas idas y venidas, esa etapa socialista acabó con una caída del peso de los ingresos tributarios sobre el PIB hasta el entorno del 20% en el 2011 (después de haber rozado el 25% cuatro años antes, en el 2007).

Mariano Rajoy, por su parte, se estrenó en los últimos días de diciembre de 2011 con una fortísima subida de impuestos, -se alude a ella como «la mayor de toda la democracia»-, con un impacto recaudatorio de más de 23.000 millones en dos años, que se tradujo en un mayor peso de los ingresos sobre un PIB que, por otra parte, no dejaba de menguar por la recesión. En los tres últimos años de su Gobierno, Rajoy ensayó una rebaja fiscal que provocó el hundimiento de la recaudación y que tuvo que ser corregida de forma abrupta a finales del 2016 para evitar una multimillonaria multa de la Comisión Europea. En esos años, la economía estaba en pleno crecimiento pero los salarios, no.

Ahora, el nuevo líder del PP, Pablo Casado, concurre a las elecciones generales del 28-A con una propuesta de «revolución fiscal» con rebajas tributarias que él mismo ha cifrado en 12.000 millones de euros, si bien sus rivales políticos elevan este coste a más de 17.000 millones. Casado propone situar el tipo marginal del IRPF por debajo del 40% y dejar el de Sociedades por debajo del 20%, así como suprimir los impuestos de patrimonio, de sucesiones y de donaciones.