El Ministerio de Exteriores ruso pone un sello con la palabra «Fake» (falso) en rojo en su web para etiquetar los reportajes que no le gustan. La portavoz de ese departamento, Maria Zakharova, hace lo propio en vivo y en directo, con los recortes en la mano, en algunas ruedas de prensa con las informaciones que desagradan al presidente, Vladímir Putin. El Gobierno ruso no aporta detalles ni datos que desmonten las noticias. Simplemente las intenta desprestigiar calificándolas de «fake news».

Las noticias falsas son informaciones fabricadas para lograr un objetivo o noticias basadas en declaraciones o datos erróneos. Sin embargo, tras el auge de esta artimaña de manipulación social en las campañas del brexit y de Donald Trump, algunos políticos han empezado a utilizar esa expresión, fake news, cada vez que quieren cargar contra un artículo periodístico que les perjudica. Pablo Casado ha denunciado en varias ocasiones estas últimas semanas que se siente «víctima» de las fake news. La última vez fue ayer, después de que algunos medios de comunicación, entre otros este diario, destacara que, en una entrevista en Onda Cero, había sugerido que, si llega a la Moncloa, bajará el salario mínimo interprofesional (SMI). La declaración está grabada: «Lo que haré es cumplir la negociación a la que llegó el Gobierno [de Mariano Rajoy] con la patronal y los sindicatos, para subir el salario mínimo a 850 euros en el año 2020». Su afirmación es rotunda. En estos momentos, tras la subida del Ejecutivo de Pedro Sánchez, el SMI es de 900 euros, por lo que la conclusión es clara.

Al ver el eco en la prensa, Casado disparó contra el mensajero: «¿Quién ha dicho que yo voy a bajar el SMI? ¿Estamos en las fake news de la semana?», espetó con tono burlón a los periodistas durante una visita al Campus Google de Madrid. Más tarde, en un coloquio de Abc, dijo que su intención es reunirse primero con sindicatos y la patronal, como hizo Rajoy, sin concretar nada más. Además, acusó también a «la Moncloa» de participar en la supuesta operación contra él y celebró que no lo hubieran «conseguido».

RECTIFICACIÓN

Como la rectificación fue a medias, fuentes de su equipo intentaron arrojar algo más de luz y añadieron que el SMI «no se tocaría» mientras no se celebrara ese encuentro con los agentes sociales. «Nadie es tan suicida de llegar al Gobierno y bajarlo», aseguraron esas fuentes.

La reacción a la defensiva de Casado no es una novedad. El candidato del PP a la Moncloa usa ya como un recurso retórico la acusación a los medios de comunicación. Lo hizo hace poco menos de un mes cuando su partido informó sobre el «blindaje» ante una posible expulsión que tendrían las inmigrantes irregulares embarazadas que decidieran entregar a sus bebés en adopción. El origen de la noticia fue el partido, que lo explicó mal desde el inicio y tuvo que aclarar que únicamente quería proteger a esas mujeres, algo que ya existe en España. El fallo fue mezclar una medida ya aplicada con la ley de maternidad y la inmigración irregular.

EL CASO DEL MÁSTER

El día que estalló la polémica de las adopciones, Casado recibió un premio al Comunicador del Año de la Universidad Miguel de Cervantes, en Valladolid, y en su discurso exclamó: «Me siento víctima de fake news». En su alocución repasó otros episodios que consideró equivalentes. Citó el caso de su máster y se quejó de que afectara a sus primarias internas, que se celebraron en julio, aunque el escándalo estalló en abril por la investigación a Cristina Cifuentes. Y también afeó a la prensa que le hubieran acusado de relacionar aborto y pensiones, aunque esa interpretación llegó después de que hiciera esta afirmación: «Si queremos financiar las pensiones y la salud, debemos pensar en cómo tener más niños y no en cómo los abortamos».

La campaña del 28-A empieza esta medianoche, pero Casado lleva una actividad mediática elevada desde que ganó a Soraya Sáenz de Santamaría en verano. Algunas encuestas señalan la pérdida de 60 escaños y se intenta multiplicar. Si llega a caer tanto, en todo caso, no se plantea dimitir, confesó en Onda Cero.

Ayer concedió cuatro entrevistas y participó en un coloquio. En este último aseguró que rebajará impuestos por valor de 16.100 millones de euros, lo que supondría un aumento del PIB de más de 21.000 millones y la creación de 360.000 empleos.