El rechazo recíproco de Ciudadanos y PSOE a gobernar en coalición se instala en la atmósfera postelectoral. Los dos partidos anunciaron ayer que dan portazo a un acuerdo que ya parecía remoto y que ahora directamente se da por descartado. Pedro Sánchez quiere gobernar en solitario y Albert Rivera dice estar más interesado en capitalizar el hundimiento del Partido Popular para ser hegemónico en el centro derecha. Aun así, dos factores podrían influir sobre esta decisión: el tablero electoral resultante de las elecciones del 26-M tras las cuales se abrirá la verdadera negociación entre partidos y la presión del mundo empresarial que ya ha dejado claro su apuesta por un ejecutivo de centro izquierda moderado.

De momento, en Ciudadanos se sienten empoderados tras conseguir 57 diputados y pisarle los talones a un PP que se derrumba. Lo anunció Rivera en la noche electoral y ayer, tras la reunión con la Ejecutiva que analizó los resultados del 28-A, lo confirmó la número uno por Barcelona, Inés Arrimadas.

Cs se plantea como objetivo, ahora, salir a ganar las elecciones europeas, autonómicas y municipales del 26-M, aprovechando a un PP todavía perplejo por el hundimiento. ¿Habrá pactos con el PSOE en los territorios? Es muy complicado, señalan fuentes del partido, aunque la decisión de la cúpula de establecer un cordón sanitario a los socialistas se circunscribía a las legislativas. En plazas emblemáticas como Madrid, anuncian, salen a conquistarlo todo sin subordinarse a los populares. La disposición a llegar a acuerdos territoriales con los socialistas, insisten, está bajo mínimos, pero tampoco dan un portazo definitivo.

En la arena estatal, los liberales aseguran que Sánchez tiene ya un pacto cerrado con Pablo Iglesias y los partidos nacionalistas para asegurarse su investidura como presidente del Gobierno. Aducen que, si no se hace público, es por la nueva cita electoral, el 26-M. «Lideraremos la oposición al Gobierno de Sánchez, Iglesias y los independentistas, que es un Gobierno nefasto y ya lo tienen montado», reivindicó Arrimadas en rueda de prensa ayer.

En Ciudadanos no ahorran en calificativos para describir el desplome de Pablo Casado, que pasa de 137 a 66 escaños. Consideran que el «naufragio electoral del PP» es el responsable de no poder alcanzar la Moncloa e insinúan la batalla interna que se abre en las filas conservadoras. «Nosotros tenemos un partido fuerte, limpio, no vamos a estar distraídos en esta legislatura con líos internos», opinó Arrimadas, que abandonará su escaño en el Parlament tras el próximo pleno.

Arrimadas aseguró también que el líder del partido, Albert Rivera, no había hablado con Pedro Sánchez ni con Pablo Casado.

BANCOS Y PATRONAL

El mundo empresarial no ha tardado en dejar sus recados. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, prefiere un Gobierno de «centroizquierda» que asegure la «estabilidad, la moderación y la seguridad jurídica». Los analistas del banco Santander también concluyen que «la coalición entre PSOE y Ciudadanos probablemente complacería a los mercados financieros»..