El Gobierno socialista, ahora en funciones, insiste en que no entra en sus planes que el nuevo Ejecutivo sea de coalición, como reclama Unidas Podemos, pero este martes, tras el Consejo de Ministros, se ha abierto a esta posibilidad. "No vamos a concluir, a 48 horas de la jornada electoral, si va a haber acuerdo. La vocación del Gobierno es gobernar en solitario. Tenemos 123 escaños. Existen fórmulas como la geometría variable. Tenemos mucha experiencia de acuerdo con Unidas Podemos. No descartamos nada. Estamos abriendo caminos", ha señalado la portavoz y ministra de Educación, Isabel Celaá.

La idea de Pedro Sánchez no es tampoco llegar a un acuerdo de gobierno con los morados y otros partidos que se prolongue durante toda la legislatura, sino buscar apoyos a sus iniciativas caso por caso, de manera que algunas leyes podrían ser respaldadas por unos grupos y otras por otros. Es la llamada "geometría variable" que empleó José Luis Rodríguez Zapatero.

Mensaje al independentismo

Celaá ha lucido su perfil más conciliador, apelando a todas las fuerzas políticas. También a las independentistas, con las que el PSOE no quiere negociar su investidura. El plan es buscar la abstención de ERC gratis en una segunda votación, en la que solo se necesitan más votos a favor que en contra, colocando sobre los republicanos la responsabilidad de una hipotética repetición electoral. "Este país necesita puentes, no simas, así que no vamos a romper puentes. Vamos a seguir trabajando dentro de la Constitución", ha dicho Celaá, quien se ha felicitado por el respaldo el pasado domingo en las urnas de la "línea de convivencia y moderación de Sánchez". Las elecciones generales, ha concluido, han tenido "efectos terapéuticos".