Francisco Monteagudo será uno de los aragoneses que recuperen su derecho al voto. En su caso no será una experiencia nueva, porque ya lo ejerció, pero a consecuencia de una enfermedad fue parcialmente incapacitado y llevaba años sin poder votar.

Cuando se enteró de que iba a ser posible por la reforma de la ley, sintió «bastante alegría, porque no entiendo por qué una persona con discapacidad no va a poder votar. Espero que este derecho histórico no se vuelva a perder», añadía. «No se entendía que 300.000 personas en España, que no son pocas, no pudieran votar, y Europa ya llamó la atención a España por este tema», recordaba.

Monteagudo llevaba tiempo aportando lo que podía. «Me hubiera gustado estar en la manifestación en Madrid frente al Constitucional, pero ese día trabajaba. Lo hemos conseguido y toca ver qué proponen», añadía.

El zaragozano es tesorero de las asociación Los que no se rinden, la primera en España formada por personas con discapacidad intelectual. Y con ella confía en seguir ganando derechos que, si no están perdidos, son muy difíciles de ejercer. Por ejemplo, recuerda, él no podía ser presidente de las aociación o delegado sindical de OSTA en el centro especial de empleo del barrio Oliver.

«Para encontrar un trabajo normal tenemos dificultades, y los centros especiales de empleo están muy bien, pero a veces es difícil reunir un sueldo para ganarse bien la vida», explica. «El 1 de mayo volveremos a manifestarnos».

Y eso por no hablar de «las personas de mentalidad cuadrada que nos clasifican. De incapacitados nada, sabemos perfectamente lo que queremos», subraya.

En su asociación, explica Monteagudo, la noticia del derecho a voto generó una gran alegría. «Fue un bombazo, en ocho meses ha llegado algo que llevábamos 41 años reivindicando». Desde entonces, valora que Plena Inclusión haya trabajado no solo en programas de lectura fácil, sino en versiones del Estatuto de Autonomía o la Constitución, «un trabajo bestial». F. m. h.