Horas antes de que suspendiera su campaña en señal de respeto por el fallecimiento del socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, el Partido Popular eligió Zaragoza para presentar su programa europeo e iniciar su campaña a nivel nacional. A orillas del Ebro, en el marco de «un símbolo de España como la Virgen del Pilar», el presidente nacional del PP, Pablo Casado, defendió la necesidad de «remar todos en la misma dirección» en una campaña que tildó de «nacional» y en una intervención que en muchos momentos tuvo de reivindicación de su liderazgo tras la severa derrota sufrida en las elecciones generales. En este sentido, parte de su discurso no cambió, e insistió en que hay que votar al PP para evitar que el líder socialista, Pedro Sánchez, tenga «patente de corso y una autopista libre» para pactos «ocultos» como los que cree que ha hecho ya con «los comunistas» de Podemos y los «independentistas de ERC».

«Votar al PSOE es votar a Iceta en el Senado», señaló, para recriminar a Ciudadanos y Vox que no pactaran con ellos y evitaran así una «competición en el centro derecha» y señaló que su actitud ha sido «una irresponsabilidad» que espera que los españoles «sepan valorar». Por eso, pidió a Ciudadanos que aclare su política de pactos tras el 26-M y lamentó que Cs y Vox no querían «echar a sánchez» y sí intentar superar al PP, «sin conseguirlo».

“Y que cada uno nos ubique, no sé si estamos en el centro, en el medio pensionista, en la derecha, en el centro derecha, me da igual, estoy donde siempre ha estado el PP”, se justificó. A su juicio, el partido «no ha cambiado» sino que lo que ha cambiado es la sociedad española «porque hay un Gobierno que ha manipulado la realidad, que ha mentido». En este sentido, consideró que el PP que no va engañar a los electores por «intentar sacar un puñado de votos».Así que su campaña será «diciendo la verdad, aunque duela, porque lo que nos duele es España». El presidente popular quiso abrir su campaña en Zaragoza al sentirse en deuda por haber suspendido su mitin en las pasadas elecciones al coincidir con un debate televisado y también por haberse quedado fuera del recinto del acto central de Madrid varios autobuses aragoneses. Quiso con este gesto mostrar su apuesta por los populares aragoneses, en un largo acto de más de dos horas y media en el que intervinieron distintas personas explicando la importancia de Europa. También la candidata del PP al Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, acompañada por otro candidato, Pablo Arias, y por Miguel Arias Cañete, comisario popular y el exministro empeñado en hacer el trasvase del Ebro, el de la frase ya mítica de que esa obra iba a ser «un paseo militar». Ayer se reivindicó como el impulsor del Pacto del Agua de Aragón y no dejó de ser elocuente verlo a orillas del río antaño objeto de su deseo junto a compañeros suyos, los aragoneses, que no dudaron en enfrentase a él por su política hidráulica. Ayer, eso sí, juntos como una piña en su defensa del campo aragonés y de la central térmica de Andorra, que Arias Cañete dijo defender en Europa. A su juicio, el PP ha demostrado «con resultados» su defensa de España en Europa y apeló al «voto útil»

Casado hizo alguna alusión extravagante, como su mención al Justicia Juan de Lanuza y traerlo al hilo del independentismo catalán. Lanuza, dijo, «prefirió ser decapitado antes que saltarse la ley». Conviene recordar que fue decapitado, precisamente, por defender la ciudadanía aragonesa -como señalan los anales- por las «tropas extranjeras» castellanas. El líder del PP se comprometió con la térmica, las conexiones pirenaicas junto a la travesia central y la planta de PSA.

Dolors Montserrat, por su parte, apeló a votar al PP en Europa porque eso es decir también «sí a España».