Contra la dictadura de los datos poco se puede argumentar. 2.905 votos fueron lo que le faltaron a Zaragoza en Común para arrebatarle el último concejal, el 31, al PP que es el que le ha acabado dando mayoría al bloque de la derecha (PP, Cs y Vox) frente al de la izquierda (PSOE, ZeC y Podemos-Equo) en el Ayuntamiento de Zaragoza. Pero, ¿qué hubiera pasado si Zaragoza en Común no hubiera saltado por los aires antes de las elecciones y se hubieran presentado como hace cuatro años todos juntos? Una vez más, los números hablan. Si a los 33.005 votos de Zaragoza en Común se les suman los 20.284 de Podemos-Equo y los 1.042 de Demos+, la hipotética confluencia habría conseguido 53.289 votos lo que, en la práctica y merced a la ley d’Hont le hubiera arrebatado ese último concejal al PP para conseguir seis concejales. Sumados a los 10 del PSOE le hubiera dado la mayoría a la izquierda en el Ayuntamiento de Zaragoza.

Esto es consecuencia de la ley d’Hont que es la que se utiliza en los sistemas electorales españoles. Ella establece que tras escrutar todos los votos, se calculan cocientes sucesivos para cada lista electoral y a partir de los que van dando se van adjudicando los diferentes concejales. El PP ganó la última acta con un cociente de 8.977 mientras que si ZeC, Podemos-Equo y Demos+ hubieran ido en la misma candidatura para su sexto concejal hubieran tenido un cociente de 9.055 por lo que hubiera sido suyo. En el 2015, el último concejal se logró con 8.756.

Curiosamente, aunque Demos+, la candidatura encabezada por el inspector de Hacienda Raúl Burillo, únicamente consechara 1.042 votos, sin ellos, una candidatura entre ZeC y Podemos-Equo habría conseguido el mismo resultado que el finalmente logrado, cinco concejales.

Obviamente, no deja de ser una suposición puesto que lo que sí dejan de lado los números la desmovilización que se provoca cuando se produce un desencuentro como el que ha sucedido entre ZeC y Podemos-Equo. De hecho, ZeC se ha dejado de una convocatoria a otra más de 25.000 votos (en el 2015 consiguió sus nueve ediles con 80.055 sufragios) por lo que es más que evidente que la división de la izquierda le ha perjudicado a la hora de intentar retener la alcaldía de Santisteve.

Otro factor que tampoco ha ayudado a que la izquierda hubiera podido conseguir la alcaldía de la capital aragonesa es que CHA no consiguió llegar al umbral del 5% (se quedó en un 4,68%) para lo que le faltaron 1.063 votos que sumar a los 15.511 que sí logró. Cierto es que son casi 7.000 menos que los que acumuló en las elecciones del 2015 con una participación muy similar y que le valieron dos concejales.