Unas nuevas elecciones y un nuevo desastre para los socialdemócratas alemanes. Como ya va siendo norma, los comicios europeos de este domingo volvieron a hundir a un SPD que únicamente logró el 15,8% de los votos, un 11,5% menos que en el 2014. La catástrofe es aún mayor al haber sido superados por los verdes, que les roban 1,25 millones de electores y se posicionan como principal referente del centro-izquierda.

Para más inri, este domingo el SPD también se hundió en las elecciones regionales de Bremen, uno de sus últimos feudos en Alemania, donde perdieron su liderazgo y ven ahora como los conservadores tratan de formar gobierno junto a los liberales y los ecologistas. “Debemos estar tristes”, aseguró la líder socialdemócrata, Andrea Nahles, sin tomar ninguna decisión al respecto.

Esa clara pérdida de credibilidad amenaza ahora con hacer tambalear su coalición de gobierno con los conservadores de la canciller Angela Merkel. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) volvió a ser el partido más votado pero perdió hasta un 7,4% de los votos, un debilitamiento que se debería a su poco atractivo entre los jóvenes y al poco impacto de su candidato, Manfred Weber. Aunque en Berlín no se cuestionan su pacto en el Ejecutivo, los resultados ilustran de nuevo el cansancio con los partidos tradicionales.

Crisis perpetua en el SPD

Ante tal panorama de decepciones empiezan a aflorar las críticas internas. Un día después de la debacle, el líder del grupo parlamentario, Matthias Miersch, y el de las juventudes, Kevin Kühnert, han escrito una carta en la que piden una renovación completa del partido y ponen septiembre del 2021 como fecha límite de caducidad de la Gran Coalición con los conservadores. Pero todo puede petar antes. “Ni se nos toma en serio ni se nos considera parte de la solución”, aseguran.

En ese comunicado exigen al SPD una voz más clara que fuerce la aprobación de una ley de protección del clima y una de formación profesional y que se cumpla la pensión básica y la ley de inmigración. El partido, creen, debe marcar territorio e impulsar sus intereses para seguir en pie. Aunque el partido ha perdido mucho apoyo entre los jóvenes y aún encara tres elecciones importantes (Brandeburgo, Sajonia y Turingia) hasta final de año, piden esclarecer todas esas decisiones en el Congreso Federal de diciembre. En esos tres comicios en el este del país la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) parte con muchas opciones de vencer y llegar al gobierno.

A pesar de las críticas internas, nada hace pensar que habrá un golpe contra Nahles, principalmente porque los más destacados valores del partido no tienen intención en ocupar la presidencia de un partido que parece maldita. Sin embargo, el antiguo líder del partido Sigmar Gabriel sí ha pedido responsabilidades personales y ha remarcado que “todo y todos deben ser cuestionados”.