Pilar Alegría se mostró ayer confiada en ser «la tercera ola de transformación» socialista en Zaragoza, siguiendo la estela de «(Ramón) Sainz de Varanda y (Juan Alberto) Belloch». Para ello, incidió en varias ocasiones, cuenta con un «gran equipo» en estas elecciones.

Más allá de que el listado obviase al también socialista Antonio González Triviño (tampoco Pedro Sánchez citó a Santiago Marraco entre los presidentes), la insistencia en su equipo se pudo interpretar como una pulla a la cúpula del PSOE aragonés, con quien tuvo sus más y sus menos por no dejarle elegir a su gente, o como un agradecimiento a Pedro Sánchez, que introdujo los cambios que quería. Pero oficialmente, Alegría confió en que ambos, «los mejores presidentes» que España y Aragón pueden tener, repitan. Para ello los «progresistas moderados» deberán pelear «calle a calle, voto a voto», advirtió.

En su parcela, Alegría confió en terminar con «cuatro años de desbarajuste político» de «esa izquierda que prometió asaltar los cielos y se ha demostrado incapaz de gobernar».

Ella aspira a hacerlo, afirmó, a ser «la primera alcaldesa socialista de Zaragoza», para que «el ayuntamiento deje de ser un problema y busque soluciones para los zaragozanos». Entre las recetas para ello enumeró el aumento del parque de vivienda de alquiler accesible para los jóvenes y el fomento de la actividad medioambiental.

REACCIONARIOS

La cabeza de lista al Congreso por la provincia de Zaragoza, Susana Sumelzo, incidió también en la movilización para el voto, porque «diez meses no son suficientes para el Gobierno de Pedro Sánchez.

Sumelzo actuó como enlace entre este y Lambán y apostó por revalidar ambos gobiernos para «una España y un Aragón en positivo». En clave autonómica, recordó que con el Ejecutivo actual se ha dado «el apoyo definitivo al corredor mediterráneo, ampliado regadíos básicos para los Monegros y aprobado la estrategia contra la despoblación», entre otras cosas.

De hecho criticó la «osadía» del PP aragonés de criticar la gestión socialista. «¿Por reabrir escuelas rurales que ellos cerraron? ¿Por impulsar proyectos hospitales que paralizaron por un hipotético terremoto? ¿Porque una ministra valiente ha dado la cara con el cierre de Andorra cuando otros escondían el problema?», se preguntó.