El PP aragonés aprovechó el último acto de campaña para hacer un llamamiento a no repetir la dispersión del voto que se dio el 28 de abril y para erigirse como el único partido del centroderecha capaz de liderar un «cambio tranquilo» que acabe con la «izquierda radical» de Lambán y Santisteve.

En la discoteca zaragozana Supernova, ante decenas de simpatizantes y en un ambiente más bien tranquilo, alejado de la exaltación de los grandes mítines, el candidato popular a presidir el Gobierno autonómico, Luis María Beamonte se esforzó en hacer ver que cualquier escenario es posible mañana.

«Sé que estamos disputando el partido de verdad», comenzó diciendo en su intervención, en la que mostró convencido de que este 26 de mayo va a suponer «un triunfo político» para sus filas. Después de 7.000 kilómetros, más de 500 actos, con casi 4.000 candidatos por todo el territorio tras unas elecciones generales «difíciles·, los populares han recuperado «el temple, la alegría», y ahora «la izquierda radical tiene miedo a perder el poder», afirmó.

Una izquierda radical, la de Lambán y «sus socios», a las que la sociedad aragonesa va a apear del poder porque está «hasta las narices» de su «sectarismo», continuó elevando el tono.

Las críticas al Ejecutivo autonómico socialista se centraron, una vez más, en los impuestos, en lo que denominó «atraco» al bolsillo de los ciudadanos.

Beamonte se comprometió también, si es elegido, a propiciar el respeto institucional entre el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón y a acabar con los «espectáculos» protagonizados estos últimos cuatro años por Santisteve y Lambán, a quienes se ha referido como dos «desbocarrados».

Tuvo también unas palabras de reconocimiento a las medidas «difíciles» adoptadas por el Gobierno de Luisa Fernanda Rudi, presente en la sala, entre el 2011 y el 2015 y las contrapuso a las de esta última legislatura, donde no ha habido ningún eje vertebrador para Aragón, más allá de «atracar» el bolsillo de los aragoneses.

JORGE AZCÓN

Por su parte, el candidato a la Alcaldía de la capital, Jorge Azcón, en un tono bastante más calmado, destacó que han hecho una campaña en positivo con tres ideas fundamentales: demostrar que el trabajo del grupo popular en la oposición estos cuatro años ha servido para algo (gratuidad para menores de 8 años en el transporte público o rebaja de la plusvalía), una oposición contundente al «peor Gobierno de la historia democrática» de Zaragoza y un proyecto de ciudad.

Asimismo, pidió un esfuerzo final y resaltó la importancia de ganar Aragón y Zaragoza para que sean un contrapeso a lo que está sucediendo en Madrid.

En este sentido, aludió a lo sucedido en el Congreso de los Diputados con los presos «golpistas» como una de las razones para votar al PP para que Pedro Santisteve no siga siendo alcalde de Zaragoza.

El candidato popular alertó también de que Podemos y PSOE están fraguando una alianza a nivel nacional que va a ser «letal» y, si no se moviliza todo el centro-derecha, esta puede darse también en Aragón y su capital.

Si se da esa movilización, concluyó, los resultados serán distintos a los de las elecciones generales.

FOTO CON HISTÓRICOS

El acto terminó con una foto de familia de los dos candidatos junto con sus respectivas números dos, Mar Vaquero (a las Cortes) y María Navarro (al consistorio), el presidente provincial del Partido Popular, Javier Campoy, y dos históricos: la expresidenta Luisa Fernanda Rudi y el exdelegado del Gobierno y excandidato autonómico Gustavo Alcalde.