Vale, la campaña tiene su propia vida. Pero a veces su contexto político, social o económico se agita, y entonces los discursos de los candidatos, el tiki-taka de los argumentarios y el afán de quienes trolean en las redes (espontáneamente o en plan mercenario) se ve desbordado por esa cosa tan inesperada e inoportuna que solemos llamar realidad. Ayer, precisamente, surgieron de manera simultánea noticias colaterales a la campaña muy llamativas. Para empezar, la súbita y explícita coincidencia del PP y de los actuales propietarios del Real Zaragoza en lo que al futuro de La Romareda se refiere. Azcón y Lapetra, candidato conservador a la Alcaldía y presidente ejecutivo del Zaragoza, respectivamente, comparecieron juntos en una especie de acto promocional donde quedó sellado un pacto de caballeros: el actual campo de fútbol será reconstruido mediante una operación público-privada que incluirá nuevos aprovechamientos inmobiliarios. ¡Ah¡, y el Ayuntamiento apoyará de manera decidida a la SAD, se supone que con algo más que los 800.000 que le sirlaron a Santisteve esta temporada.

FÚTBOL Y 'SOFTWARE'

Es sabido que lo de rehabilitar o reconstruir el estadio zaragozano en su actual emplazamiento fue un proyecto alentado por Chunta cuando dicho partido gestionaba el urbanismo zaragozano. Pero aquello fue saboteado entonces por las derechas, porque preferían llevarse La Romareda al extrarradio en expansión, a fin de mover el negocio del ladrillo.

Ahora, el Zaragoza que preside Lapetra como hombre de los Alierta, Yarza y otras familias de rancio abolengo ha recuperado la idea de trabajar sobre el campo de fútbol actual, y el PP, que un día se opuso, convierte la operación en el punto fuerte de su programa. Pero propone rematar la operación de otra manera y atendiendo a otros intereses.

De todo esto nos enteramos justo cuando la que seguramente es una de las principales empresa aragonesa productoras de software, Hiberus, se ha visto sacudida por otro fallo catastrófico de un programa suyo: el utilizado para vender los tickets de entrada a La Alhambra. Hiberus está vinculada al grupo Henneo-Heraldo (cuyo accionista mayoritario es la misma familia Yarza), y fue dirigida hasta hace poco por el actual presidente de la patronal aragonesa CREA y exconcejal del PP en Zaragoza, Ricardo Mur.

Esta compañía, muy favorecida con adjudicaciones por parte de las administraciones públicas, ya fue puesta en cuestión por el alto coste y la escasa operatividad de su programa para la gestión de los institutos aragoneses de Enseñanza Media, y más recientemente por la debilidad del software de las tarjetas del tranvía y el bus de Zaragoza, que provocó una estafa millonaria en ambos servicios de transporte.

Son hándicaps habituales de esos famosos sistemas de gestión público-privados tan destacados en los programas de las derechas. Y son también la otra cara, la oculta, de los debates electorales: los temas concretos de los que nadie habla (por no querer, no poder o no saber).

RUTINA Y RAREZAS

Volvió Arrimadas (Cs) a Zaragoza, desde donde llamó al electorado a llenar las urnas para que «Sánchez y los populistas no gobiernen en Aragón». Propuso Alegría (PSOE) crear un servicio de buho-taxis para llevar a casa a los jóvenes noctámbulos. Lambán (su jefe) se comprometió a llegar hasta los límites de la legalidad para recuperar los bienes que se llevaron (curas y monjas) a Cataluña. Maru Díaz (Podemos) instó a tomarnos en serio la transición energética.

La huelga de maestros y profes, convocada en estas fechas con muy mala intención, no tuvo mayor incidencia. Y en el colmo del delirio, unos okupas vandalizaron con pintadas la sede de los podemistas porque ahora algunos integrantes de dicho colectivo consideran que los de Iglesias-Escartín ya no les defienden y les han traicionado. Increíble esto último, ¿no?

Rutinas de la campaña, rarezas, jugadas oportunistas. Pero la otra noticia del día se produjo en Alcañiz.

¿QUÉ PASA CON MOTORLAND?

Nadie ha hablado de Motorland en estas dos semanas. No se sabe si algún partido tiene la fórmula magistral para evitar que unas instalaciones que han costado entre 150 y 200 millones de euros (quizás incluso más, pero la cifra exacta no se sabrá nunca) dejen de ser un agujero negro que devora cada año más y más millones (50 millones desde 2010), vampirizando los fondos especiales destinados a Teruel y exigiendo a las instituciones (Gobierno autónomo, DPT y Ayuntamiento alcañizano) constantes ampliaciones de capital.

La diputación provincial y sobre todo el ayuntamiento acaban de tirar la toalla y verán reducida su presencia en el accionariado de Motorland, cuyo 86,87% queda en manos del Gobierno aragonés. En Alcañiz, el pleno municipal ha acordado no ir a la próxima ampliación porque no puede usar dinero recibido previamente del Fondo de Inversión de Teruel, y ahora mismo tenía que poner 711.000 euros de los que no dispone. Votaron a favor de esta retirada todos los grupos. incluidos PP y PAR, padres de la monstruosa Ciudad del Motor.

¿Que se puede hacer con Motorland? Seguir echando millones a la bolsa de Dorna, la empresa que organiza cada año el GP de Motociclismo. Pero desde el Pignatelli, hoy como ayer, se insiste en que dicha prueba es un activo de interés autonómico que proporciona beneficios a la zona y a toda la provincia de Teruel. Por supuesto no existe (nunca existió) un análisis serio sobre la relación inversión-retorno. Para qué.

Pero todo esto no deja de ser contextual, colateral, accesorio. La campaña sigue en lo suyo, y estos otros asuntos... se ignoran.