El candidato de IU a la Presidencia de Aragón, Álvaro Sanz, inició ayer la campaña electoral presentando las líneas maestras de su programa, una apuesta que tiene «lo público como motor» de transformación, especialmente con un modelo productivo que consideró «frágil» y sometido al «expolio» de las grandes empresas «que luego dejan abandonado al territorio» y que implantan un empleo «de baja calidad», precariedad en salarios y en contrataciones temporales. Ante eso defendió una propuesta «de intervención, no solo de gestión», con ideas como la creación de consorcios empresariales públicos que sean capaces de actuar en la economía de la comunidad autónoma.

Esta era solo una de las ideas fuerzas de un programa con el que IU quiere presentarse a los aragoneses como «alternativa clara en el qué y en el cómo» de una izquierda en la comunidad que se desmarca, apostilló, de un modelo como el del actual presidente, Javier Lambán, que no ha cambiado la desigualdad y la brecha salarial «insoportable» actual.

Sanz, que estuvo acompañado por su número dos por Zaragoza, Marga Deya, presentó un programa que incluye otras apuestas políticas como la «sostenibilidad» como eje transversal; la defensa de un gobierno «feminista» y que actúe contra todo tipo de violencia machasta; y la accesibilidad universal a los servicios esenciales y a unos niveles «dignos» de calidad de vida para todos. También propone una «fiscalidad progresiva» y que se persiga «el fraude fiscal y la economía sumergida», y un modelo de participación activa, que la gente «no solo vote», sino que influya en las decisiones. Como en este ideario, «hecho por muchas manos».