Las diputaciones provinciales son una caja de resonancia de los resultados electorales. Por ello las corporaciones de Zaragoza, Huesca y Teruel reflejarán en su composición los cambios que se han producido en el mapa político de Aragón en las últimas elecciones locales, sobre cuya base se calcula la adscripción ideológica de los representantes elegidos.

De momento, no existen datos oficiales sobre la nueva composición de estos organismos provinciales, pero las propias instituciones y algunas de las fuerzas políticas han realizado sus propios cálculos en base a los resultados de los comicios de ámbito local. Y los números reflejan un avance del PSOE en las tres provincias, donde gana un diputado en cada una de ellas, al tiempo que sube Ciudadanos y desciende algo el Partido Popular.

La formación más perjudicada es, en el caso de Zaragoza, En Común, mientras que Ganar Teruel pasa de dos a un representante y Ganar Huesca desaparece. Vox, por otro lado, entra en la DPZ con un solo diputado, con lo que se ahonda la fragmentación que presenta la institución.

ALIANZAS / Por provincias, según las formulaciones provisionales, en la Diputación de Zaragoza la composición otorga 12 diputados al PSOE, 7 al PP, 3 a Ciudadanos y uno a En Común, Vox, Podemos , Chunta y PAR. Este último representante está en el aire y en unas quinielas desaparece mientras que en otras se mantiene.

En el caso de la Diputación Provincial de Huesca (DPH), el PSOE se queda con 13, el PP con 8, el PAR con 3 y entra Ciudadanos con un representante. Por otro lado en la Diputación de Teruel (DPT), el PSOE tendrá nueve diputados, el mismo número que el PP, al que sigue el PAR con 5 y Ciudadanos y Ganar Teruel, empatados a uno . Chunta, que tenía un representante, deja de tener presencia en la corporación provincial turolense.

Se trata de resultados provisionales que pueden sufrir variaciones conforme se ultimen los recuentos de votos en las tres provincias.

En cualquier caso, la formación de los equipos de gobierno de las diputaciones aguardará a los meses de junio o julio, según el calendario político, y su composición dependerá de la táctica que se siga en las alianzas que diseñen las respectivas ejecutivas de los distintos partidos.