El candidato del PP al Congreso por Zaragoza, Eloy Suárez, basó su discurso de campaña de ayer en la libertad , tanto la de expresar ideas como de practicar o participar en tradiciones históricas «que muchos ponen en cuestión», entre las que citó la caza, la tauromaquia o las procesiones de Semana Santa. Suárez, en declaraciones a los medios proporcionadas por el partido, señaló que, en plena Semana Santa, observa «con mucha preocupación» que en España pasan «cosas anómalas que no habían pasado nunca y que tienen que ver con el ejercicio de la libertad».

El candidato popular se refirió a una procesión celebrada estos días en Valladolid, en la que determinadas personas fueron «atacadas por otras que no creen en la religión católica» o, sin nombrarlo, al boicot que sufrió el domingo en Rentería el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, por un centenar de personas que le abuchearon y gritaron y tiraron petardos durante un acto de la formación naranja. La candidata del PP por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, también sufrió el primer día de campaña un escrache en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Suárez lamentó que determinadas fuerzas políticas tengan que contar con el amparo de la policía para expresar libremente sus ideas porque «personas radicales en sus planteamientos que no piensan como ellos no les dejan hablar». También que un partido «concretamente», Podemos, amague con cerrar medios de comunicación que son propiedad de las entidades financieras y «acabar con la libertad de expresión».

Por todo ello, en nombre del PP reivindicó la libertad de todos los españoles para «ejercer la religión que libremente quieran, el colegio que estimen oportuno, ya sea público, privado o concertado, y para expresar en cualquier lugar sus opiniones».

Por otro lado, consideró que «no es de recibo» que «algunos» pretendan «reescribir la historia» y que estén «permanentemente mirando al pasado para escribir una parte de la historia de este país que no es verdad».

A su juicio, lo que se debería hacer es «mantener el espíritu de la transición» y de la Constitución de 1978 frente a «determinadas fuerzas de extrema izquierda que hablan de un nuevo pacto constituyente».