El candidato de Zaragoza en Común (ZeC) a revalidar la alcaldía de Zaragoza, Pedro Santisteve, manifestó ayer la necesidad de que haya unos presupuestos municipales que incorporen la perspectiva de género y que permitan, entre otras medidas, ampliar el Servicio de Atención Domiciliaria para atender también a familias monomarentales que lo necesiten. Entre las propuestas que incluye ZeC en su programa se incluye la demanda de facilitar un número de teléfono gratuito para denuncias de abuso laboral y sexual que puedan utilizar las empleadas de hogar y cualquier mujer que lo necesite.

Santisteve apostó por continuar formando al personal municipal para evitar «violencias institucionales» en el ayuntamiento y en conseguir un diseño urbanístico de la ciudad «alejado del cemento y que propicie espacios de encuentro». De hecho, una de las medidas que desde el Gobierno de la ciudad prometió fue la elaboración de un mapa con puntos negros o zonas peligrosas para las mujeres del que nada se ha sabido. Esto hubiera permitido repensar zonas verdes, bancos, plazas, parques o el comercio de proximidad.

En cuanto al reparto de las tareas de cuidado «entre todos y todas», el primer edil apostó por mejoras concretas, pero para que esto suceda también es necesario un cambio de mentalidad, pues están a asociadas a que sea la mujer la que se encargue de este trabajo que, además, no está remunerado.

En este sentido, señaló que el feminismo «es una esperanza de cambio en la sociedad porque hace sociedades más ecologistas y es el único movimiento que plantea, de forma clara y efectiva, la lucha contra el cambio climático desde la perspectiva de cambio económico para tener una sociedad más humana en la que el peso de los cuidados no se descargue solo sobre la mujer, sino que sea compartido».

Según Santisteve, hay que trabajar en visibilizar «esa violencia soterrada y esos micro y macromachismos que hay que trabajar desde la educación y las leyes y cortar con conductas radicalmente violentas». A su juicio, el movimiento feminista atraviesa por una momento de «tremendo auge» en el que queda latente el «antagonismo con la derecha que expresa los más rancios valores reivindicando el patriarcado».