Mariano Rajoy introdujo ayer de lleno en su campaña electoral el tema de la corrupción. El candidato del Partido Popular garantizó un Gobierno "honesto" en el caso de que gane los comicios del 14 de marzo y aprovechó para vincular a José Luis Rodríguez Zapatero con los escándalos de la última etapa del Gobierno del PSOE, al recordarle que fue diputado en el Congreso entre 1986 y 1996 y durante todo ese tiempo no defendió el principio de "no robarás".

En un mitin celebrado en Roquetas del Mar (Almería) ante unos 1.500 seguidores, Rajoy respondió con tres días de retraso a unas declaraciones realizadas por el líder socialista, que había recordado al PP la exigencia moral de no matar (por Irak), no mentir (caso Prestige ), no abusar de menores (en referencia al alcalde de Toques) y no robar (por el escándalo Fabra).

Centrándose sólo en el último de los principios, el candidato del PP a la Moncloa preguntó a Zapatero, a quien se refirió como "Zetapé", por qué no dijo "no robarás" desde su escaño parlamentario durante el mandato del PSOE.

"AUTORIDAD MORAL" Rajoy manifestó que las palabras de Zapatero "hubieran tenido sentido" durante la etapa socialista e ironizó que el líder del PSOE "demuestra su conocimiento de la realidad española" al decirlas en estos momentos. A renglón seguido manifestó que a él lo asiste la "autoridad moral" para garantizar un Gobierno honesto, porque "la corrupción era en 1996 la tercera preocupación de los españoles, y hoy no está entre los 40 primeros problemas".

Rajoy dejó además muy claro que iba en serio cuando, el martes pasado, proclamó que hablará de terrorismo durante toda la campaña electoral. Una vez más volvió a invocar las declaraciones del expresidente del Gobierno Felipe González y del presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que el pasado lunes vertieron dudas sobre la operación policial que hizo posible la detención de dos miembros de la banda terrorista ETA cuando planeaban un atentado en Madrid con un coche cargado de explosivos.

"NI EN PORTUGAL" El candidato popular utilizó las fuerzas de seguridad como armas arrojadizas contra el PSOE, al garantizar, con evidente intencionalidad política, su "apoyo incondicional a la Guardia Civil y la policía contra ETA". Enseguida exigió a Zapatero que "desautorice" a quienes han "puesto en tela de juicio la operación policial", pero se mostró escéptico de que el líder socialista atienda su petición, porque "manda tanto en su partido como en Portugal".

Rajoy, que alardea en cada mitin de abordar los problemas que interesan a los españoles, no mencionó la inmigración, a pesar de hallarse en una ciudad que vive de manera muy intensa ese fenómeno social y haber visitado antes la localidad de El Ejido, tiempo atrás escenario de una de las explosiones racistas más importantes desde el comienzo de la democracia. Por Almería, el Partido Popular tiene tres diputados y los socialistas, dos.