Los adultos, bajo el paraguas "te lo digo por tu bien" o "no, porque no se puede, y punto", les entregamos a los adolescentes una lista de cosas que no deben ocurrir. Pero, ¿cuánto tiempo destinamos en la comunicación con nuestro adolescente a dar vuelta a esa lista y pensar juntos cuáles son esas cosas que sí pueden hacer y cómo las pueden hacer, sin olvidar recordarles cuáles son esas situaciones que no son negociables y no pueden suceder?

Los adolescentes no están enfadados, viven con enfadados y les contagiamos. Son ellos, los adolescentes, los que nos dicen "¡basta ya!", "¡se está haciendo muy largo esto", o "¿a qué llamáis rebeldía, a no dejarnos ni respirar?". Opciones, nos piden opciones.

Somos los adultos sus referentes de vida, sus guías, donde ellos se miran. Es nuestra responsabilidad darles valores, límites, aprendizajes, otras opciones y soluciones en la vida. Los estudios de neurociencia nos informan que el "no" no es potenciador de un cerebro. Nuestro cerebro responde a un no con un "no, ¿qué?". No es solo tu adolescente el que te dice "dame otras opciones", sino que su cerebro se las pide.

En muchas ocasiones nuestra respuesta hacia ellos es "estudia y no te metas en líos". Muchos adolescentes cuentan en consulta que «a sus padres solo les importa que saquen buenas notas y nada más». ¿Alguien se ha dado cuenta que tienen necesidades?

Ideas para conversar con los adolescentes

Ideas para conversar con los adolescentesComparto algunas ideas para vuestras conversaciones de modo que, a la vez que ponemos límites, les damos opciones y mientras tanto les educamos en que aprendan a buscar sus propias soluciones, haciéndoles crecer autónomos e independientes, con lenguaje firme, que no quiere decir gritos, y con nuestra propia coherencia de adulto.

Sin necesidad de utilizar amenazas, premios, castigos, ni culpas:

  • Entre las siete y las ocho, ¿a qué hora volverás a casa?
  • Con la posibilidad de cuatro amigos, ¿con quién te vas a reunir hoy?
  • Se puede estar al aire libre y con la mascarilla puesta, ¿por dónde iréis paseando, por el centro o saliendo con la bicicleta?
  • Dentro de tu burbuja, ¿a qué amigo quieres traer a casa y os preparáis unos bocadillos en el balcón?
  • Tengo fe en que lograréis la forma de pasarlo bien a pesar de las restricciones. ¿Qué habéis pensado hacer?
  • Si ves que un amigo se quita la mascarilla, ¿puedes recordarle que para estar juntos debe llevarla puesta?
  • Cuando tengas los trabajos terminados y tu cuarto en orden, ¿te gustaría preparar con tus amigos una pizza de forma telemática para cenar juntos? ¿Prefieres en la cocina o en el salón?

Haz seguimiento y dedica tiempo a tu hijo o hija adolescente

A la hora de poner en práctica estas ideas te serán útiles estos consejos y recomendaciones:

  • Según qué sea, hay que hacer un seguimiento respetuoso. Por ejemplo: "¿Cuál era nuestro acuerdo para…?".
  • Si tienes que poner límites, responde: "Te quiero y la respuesta es no".
  • Cuando haya una equivocación, invierte también tiempo en sacar qué aprendizaje queda para la siguiente vez que pueda haber una situación igual o parecida.
  • Dedicar un tiempo a la semana en exclusiva a pasarlo con tu adolescente compartiendo sus gustos, pensamientos, sentimientos... solo escuchando y sin juzgar, te dejarán huecos preparados para conectar con él.
  • Cuando vemos que nos rondan e intentan aquello que ellos desean y nosotros no, podemos utilizar simplemente una mirada cómplice, incluso con un poco de humor, no ironía ni sarcasmo; humor: "¡Buen intento!".

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