ENTRE LA BELLEZA Y LA SALUD

Toni Matei. Colegio La Salle Montemolín

Desde hace unos años nuestra sociedad ha ido progresando de una forma veloz y en muchas ocasiones de una manera tremendamente positiva. Hoy vengo a opinar sobre la belleza de nuestro tiempo. Yo soy de la gente que piensa que la belleza es un tema extremadamente personal y parece ser que la sociedad ha ido hacia ese pensamiento. Cosa que no es mala, hasta cierto punto. Y ese punto está en el momento que se alienta a las personas a tener un cuerpo que perjudica su salud o que se enaltece a la gente que tiene obesidad o trastornos alimenticios.

Esto pasa a día de hoy. Y un ejemplo muy claro está en las redes sociales: una persona con obesidad hace un post de su cuerpo con un comentario como: «Qué cuerpazo tengo» y la gente le aplaude. Lo que me parece mal de este asunto es que se esté normalizando un problema de salud gravísimo y más teniendo en cuenta que casi un 50% de los niños tiene sobrepeso, que luego lleva a enfermedades coronarias, diabetes tipo 2, cáncer de endometrio, cáncer de colon, cáncer de mamá, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, apnea del sueño, artrosis y un largo etcétera.

Lo raro de esto es que parece que la gente no se da cuenta o no se quiere dar cuenta. Y a la que se da cuenta de ello les llaman gordofóbicos e intolerantes.

Con esto no quiero decir que las personas que tienen problemas de salud relacionadas con la alimentación o una constitución gruesa tengan que ser señaladas o algo parecido. Solo pienso que la sociedad debería preocuparse más por la salud de los más jóvenes que al fin y al cabo son los más vulnerables.

MENOR RIESGO, MAYOR SUELDO

Víctor Gallego. Colegio La Salle Montemolín

Vivimos en una sociedad injusta, que solo se fija en lo que la mayoría de la gente ve y le interesa. Con esto me refiero a que un futbolista como Cristiano Ronaldo Ngana mucho más dinero que una persona que está todos los días velando por la seguridad de la gente y no duda en poner en riesgo su vida para salvar la de otros. Por desgracia, no hay espectadores en las gradas para ver cómo un fuego se apaga.

Me pregunto si de verdad somos conscientes de esto. A todos nos ha surgido alguna vez este tema y se ha producido un debate moral que por supuesto ha ganado el bombero. Pero aún así hay gente que defiende que al futbolista hay que pagarle más.

El fútbol es un simple método de entretenimiento, al cual las personas van y si divierten, pero ¿cuánto vale esta diversión?, ¿vale más que una vida?

Señores lectores, aquí les dejo mi reflexión sobre el tema, para que lo puedan debatir en su entorno: el vergonzoso sueldo de un bombero comparado con el de un futbolista.