La desigualdad de género en la sociedad también se da a la hora de elegir estudios y en el ámbito laboral, donde hombres y mujeres no tienen el mismo sueldo a pesar de realizar el mismo trabajo. Islandia se convirtió en enero de este año en el primer país europeo en prohibir esta práctica por ley. A esta diferencia se le conoce con el nombre de «brecha salarial» y, según Naciones Unidas, es del 24%. Es decir, las mujeres ganan un 24% menos que los hombres con su mismo empleo.

Detrás de estos datos se encuentra muchas veces la conciliación de la vida laboral y familiar. En la mayoría de los casos, es la mujer quien renuncia durante un periodo de tiempo a trabajar o reduce su jornada laboral para cuidar a la familia. También las mujeres tienen más dificultades para ascender en el trabajo y ocupar puestos de dirección -el techo de cristal-. Al mismo tiempo, los empleos denominados «femeninos» suelen ser también los más precarios.