Parece lógico pensar que si determinadas variedades de árboles que hay en las ciudades provocan alergia, una solución al problema sería retirar estas variedades y cambiarlas por otras especies que no causen tanta alergia.

Sin embargo, la idea de incorporar especies de árboles más hipoalergénicas a nuestras calles y plazas no es tan sencilla como parece, tal y como explica el jefe del Servicio de Alergología del Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, Carlos Colás.

De hecho, según el especialista, ya se han producido varios intentos por parte del ayuntamiento de la capital aragonesa de sustituir este tipo de árboles -sobre todo el plátano, el ciprés y el olivo, a cuyo polen tiene alergia mucha gente-, por otros árboles ornamentales que sean menos alérgenos, es decir, que no tengan tantas sustancias que provoquen reacciones alérgicas. «pero su adaptabilidad al medio urbano es mucho peor», dice Colás.

«No se encuentran sustitutos eficaces, y además son mucho más costosos. Es difícil encontrar especies que puedan sustituir a estas porque no se desarrollan tan fácilmente y no tienen tan buena adaptación al medio», explica el alergólogo.

La presencia de árboles en las ciudades es imprescindible para contar con un medio ambiente saludable. Los árboles regulan la temperatura y absorben el dióxido de carbono de la atmósfera, reduciendo así la contaminación atmosférica y mejorando la calidad del aire, uno de los factores que más ha influido en el aumento de las alergias. «El tener árboles y plantas en las ciudades es algo irrenunciable», afirma el especialista del Clínico.

¿Y a ti, se te ocurre alguna medida para mejorar la calidad del aire en las ciudades? ¿Cómo se podría reducir la presencia de polen en el ambiente sin renunciar a tener árboles y plantas en las zonas urbanas?