Las apuestas online se están revelando como una nueva forma de adicción similar a la de internet, el móvil o las compras compulsivas, y así se recoge en los nuevos Planes de Acción contra las Adicciones tanto de España como de Aragón. Solo en apuestas deportivas, los jugadores han aumentado un 30% en el 2018 y ya son más de 800.000 personas las que se conectan cada mes para apostar dinero por Internet, según datos de la Dirección General del Juego del Ministerio de Hacienda.

Los menores, según varios estudios, han irrumpido con fuerza en este mercado, lo que ha hecho saltar todas las alarmas. El 14% de los adolescentes de entre 16 y 17 años apuestan online, y uno de cada tres apostantes menores tiene menos de 15 años. En la mayoría de los casos se trata de chicos que se conectan desde el móvil y apuestan sin que sus padres lo sepan.

La presidenta de la Asociación Aragonesa de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Azajer), Esther Aguado, asegura que nos encontramos ante «un problema que no se ha destapado del todo y que irá a más», dada la facilidad con la que los jóvenes acceden hoy a la tecnología y al escaso control de los padres de lo que sus hijos hacen con el móvil.

Según Aguado, el problema es educativo y viene de antes. «Los jóvenes acceden al juego desde muy pequeños. Desde los cuatro o cinco años ya están delante de la tablet y el móvil y juegan de una manera educativa. Conforme van creciendo, la cosa va a más y se enganchan a juegos como el Fornite, que son extremadamente adictivos».

La edad de inicio en el juego online se sitúa en torno a los 15 años. En esta etapa, indica Aguado, «influye mucho la presión del grupo. Los adolescentes hacen lo que hacen los demás para no sentirse aislados, y si otros juegan, ellos también lo hacen».

El problema afecta más a chicos que a chicas y está muy relacionado con las competiciones deportivas, sobre todo el fútbol. «Muchos chavales quedan a ver los partidos por televisión con sus amigos, donde continuamente les están bombardeando para que apuesten», sostiene.

Aunque el juego está prohibido para los menores de 18 años, los adolescentes encuentran la manera de acceder a las apuestas. «A veces juegan con mayores de edad a los que les dan dinero para que entren en los locales y apuesten por ellos», cuenta Aguado. Con las apuestas online no existen barreras físicas ni sociales por lo que resulta todavía más fácil: «A veces utilizan el teléfono móvil de sus padres que está vinculado a su tarjeta de crédito, o acceden de otra manera ya que las casas de apuestas por internet no tienen el mismo control que los locales físicos».

Bombardeo publicitario

Para la presidenta de Azajer, el Estado debe tomar medidas para frenar el auge del juego online como limitar la publicidad, sacarla fuera del horario infantil o impedir que personajes famosos puedan hacerla. «La publicidad es monstruosa y se mete en el cerebro. Escuchas radiar un partido de fútbol y están continuamente invitando a apostar y anunciando regalos». Hay anuncios de empresas de apuestas en radio, televisión, vallas de los estadios y páginas web. Todos los clubes de fútbol de Primera División de nuestro país, excepto la Real Sociedad, tienen acuerdos con empresas de apuestas deportivas online y, en algunos casos, su publicidad figura en las propias camisetas de los equipos.

Por otra parte, también jugadores de primer nivel, «ídolos para estos jóvenes» como Cristiano Ronaldo o Neymar, han prestado su imagen para los anuncios de algunas de estas plataformas, señala la experta. «Al final, aunque sea por curiosidad, apuestas y si no ganas el primer día igual no pasa nada, pero si tienes la mala suerte de ganar, ahí es donde en muchas ocasiones empieza el calvario».

Los expertos en atención a adolescentes ya están detectando un aumento de problemas con el juego online entre los más jóvenes. En la Fundación Centro de Solidaridad de Zaragoza - Proyecto Hombre atienden, a través del programa Tarabidán, a menores con problemas con el cannabis y el alcohol. «Últimamente hemos detectadp que algunos de estos chavales también están empezando a introducirse en las apuestas online», señala Jesús Sánchez, director gerente de la entidad.

Para Sánchez, es lo mismo que sucede con las pantallas y redes sociales, donde «un uso abusivo puede ser perjudicial». Aunque para hablar de adicción, la persona tiene que «estar absolutamente condicionada por la sustancia o, en este caso, por la práctica de un juego», aclara.

La prevención es importante para atajar el problema. Una mayor supervisión de los padres es fundamental. «Los padres se han relajado demasiado, muchos también están enganchados al móvil y en algunos casos hasta ellos mismos apuestan con sus hijos», afirma Esther Aguado.

En opinión de la presidenta, además de regular la publicidad del sector como sucede con el tabaco y el alcohol, el Estado debería exigir a las empresas de juego online un mayor control, que verifiquen la identidad y edad de los usuarios, al igual que hacen los establecimientos de juego físicos como casinos, bingos y casas de apuestas, que tienen unas leyes muy estrictas.