David Gascón (Zaragoza, 1982) acompañó a El Periódico del Estudiante en su puesta de largo con una interesante charla que no dejó indiferentes a los jóvenes que asistieron a la presentación de la nueva temporada del suplemento en el Patio de la Infanta. El polifácetico ingeniero, muy interesado también en las artes y letras -es productor de música electrónica y escritor de ensayos— desgranó algunas de las claves que le han llevado al éxito en sus múltiples facetas.

Gascón contó a los estudiantes cómo desde pequeño tuvo claro que quería «crear cosas nuevas». Con 18 años, y tras observar cómo se comportan las hormigas, ideó un algoritmo con el que fundó junto a otra joven de su edad la empresa Libelium, dedicada a la fabricación de sensores. Esta empresa, una de las más importantes del sector en Europa, cuenta hoy con 50 trabajadores y ha trabajado para la NASA o IBM.

«Hemos hecho cosas para estar contentos y para decir que somos gente de éxito», aseguró Gascón. Sin embargo, el ingeniero explicó que «la gente confunde el éxito con la aprobación de los demás» y que él se considera un hombre de éxito «porque hago todos los días lo que está en mi mano para hacer lo que quiero, lo consiga o no».

Gascón recomendó a los jóvenes «no poner el éxito en manos de los demás ni en el número de likes que tienen sus publicaciones en redes sociales» para poder ser «mucho más independientes y muchos más libres»

A continuación, habló de su faceta musical, sin la cual reconoció, «no podría haber hecho las cosas que he hecho como ingeniero, ya que la música potencia mucho más mi pensamiento lógico y matemático».

La música, el arte y las letras tienen también un peso muy importante en la carrera de David Gascón, que señaló que es «una falacia decir que eres de ciencias o de letras» y que «aunque es difícil ser de las dos cosas, hay que esforzarse por conseguirlo».

En este sentido, el disc jockey indicó que «es mejor ser una persona notable en muchas materias que ser una persona sobresaliente en una de ellas». «Yo siempre he preferido ser bueno en varias cosas, porque si solo eres bueno en una siempre puede venir alguien que sea mejor que tú», justificó.

Además de esforzarse por estudiar y ampliar conocimientos, para Gascón la experiencia es también muy importante, ya que «las cosas que mejor se aprenden son las que se han vivido» y de lo que más se aprende es de los errores y de los malos tragos de la vida. «Vivir y sufrir son una misma palabra porque no existe la vida sin sufrimiento, y para poder ser feliz también hay que pasarlo mal», reflexionó.

Convivir con tus miedos

Citando a los grandes filósofos, Gascón expuso cómo para alcanzar la felicidad también es importante el nivel de incertidumbre que podemos soportar. «El éxito viene después de dos mil fracasos. Soportar el éxito es fácil pero hay personas que no pueden soportar el fracaso sin caerse al suelo», dijo, antes de añadir que «el éxito es también convivir con tus miedos e incertidumbres» y que «en la vida es mejor tener preguntas que respuestas».

«Cometer errores es normal pero hay que ser consecuente con ellos», subrayó Gascón, que animó a los chicos y chicas a «tomar decisiones libres y seguir adelante con ellas: no os amilanéis».

El conferenciante hizo también un alegato a favor de los jóvenes, ya que «es algo típico de los adultos pensar que cada generación es peor que la anterior», y «si esto fuera así, no viviríamos en un mundo cada vez mejor». En su opinión, esto no tiene que ver tanto con la generación como con el exigirse a uno mismo. «Todos vosotros podéis hacer lo que os propongais», les alentó.

Sin embargo, según el ingeniero uno de los males de nuestro tiempo es el cortoplacismo, «no querer enfrentarse a nada a más de 3 o 5 años», cuando «todas las cosas de la vida que merecen la pena requieren muchas horas de estudio y de estar en silencio».

Para este emprendedor, «el verdadero héroe es el que tiene paciencia y sabe esperar, alguien que está en silencio haciendo algo poco a poco» y citando a Sigmund Freud (Fui un hombre afortunado porque nada en la vida me fue fácil) reiteró que el esfuerzo es clave para el éxito.

Asimismo, Gascón recordó a los estudiantes la suerte que tienen de vivir en «un mundo donde todo nos es muy fácil y en el que puedes convertirte en médico, abogado, filólogo, etc. vengas del hogar que vengas, porque la educación es prácticamente gratis», aunque resaltó que eso también «depende de la pericia y el arrojo que vosotros le queráis echar».

Por otro lado, también animó a los estudiantes a relativizar sus problemas, ya que «la capacidad del ser humano para hacerse infeliz es infinita». Por eso les instó a «no sufrir por tonterías» porque en la vida «vais a tener problemas graves, problemas de verdad con los que vais a sufrir mucho».

También invitó a los jóvenes a valorar todas las comodidades de las que gozan y el trabajo de las personas que hacen posible que podamos disfrutar de ellas -«somos una red y dependemos los unos de los otros», sostuvo-, y les aconsejó que honren a sus padres, «pues no sabéis cuánto les debéis» y «aunque ahora no los entendáis, todo lo que os dicen lo hacen por vuestro bien».

Para terminar, Gascón lanzó una última reflexión sobre la felicidad, que los seres humanos no nacemos para ser felices sino que nacemos para luchar por ser felices. «Si luchas por la felicidad nadie te lo puede arrebatar, mientras que la felicidad es algo que sí te pueden quitar», concluyó.