Estancamiento evolutivo

Pablo Arjol Cirera, Alumno de 2º de Bachillerato IES Pedro de Luna (Zaragoza)

La teoría del estancamiento evolutivo es una fase que experimentan las personas que viven en sociedad como consecuencia de la constante comparación entre individuos, en un mismo colectivo social.

Mejor explicado, sería decir que es la limitación que sufren algunas personas en distintos niveles de progreso intelectual y las posteriores diferencias que esto crea.

La constante afirmación que nos autoimplantamos de pensar que alguien es «mejor que tú», por el simple hecho de que se le ha concedido de manera biológica o porque ha nacido en unas condiciones económicas diferentes, o con unos privilegios determinados. Pero si partimos de pensar que somos seres sociales por naturaleza, el único factor que importa es cómo nos movemos e interactuamos en sociedad. La capacidad que tenemos todos de aprender de los demás. De ser neutros y escapar de fanatismos para poder dejarnos empapar del conocimiento y la cultura general, y así crecer en capacidad intelectual.

El error es pensar que como hay gente que por suerte biológica es capaz de procesar y retener información de manera más rápida, no hay forma de competir.

Y donde no fijamos la atención que requiere el problema, es en la fácil y cómoda actitud que adoptamos al pensar que la madurez intelectual se adopta con el largo proceso que conlleva convertirse en adulto a cargo de instituciones de enseñanza y múltiples experiencias vividas. Y se deja de aprovechar así el amplio abanico de recursos de los que dispone cualquier adolescente hoy en día.

La clave de poder escapar del estancamiento, es ser capaz de ver a todos los individuos por igual: adultos, superdotados, gente escasa de recursos etc. Y en lugar de envidiar a alguien por lo bueno que puede ser en algo, o por lo que tiene gracias a su talento, se debe pensar en el proceso que ha recorrido para alcanzar lo que en este momento posee. Tanto a nivel intelectual como material.

Por lo que mediante el aprendizaje realizado desde la admiración a otros, se puede alcanzar el nivel intelectual que cada uno considere.

Es decir, nadie es más por saber, si no por haber querido saber. Y solo la competitividad guiada por la humildad hace al más fuerte. Ya que el que más nivel intelectual tiene, debe saber que cualquiera de los que él ve por debajo no es menos, porque en cualquier momento puede ascender hasta su posición.

De este modo cualquier erudito que se estanque, en un tiempo verá que su nivel se convertirá en el inferior, y los que le veían desde abajo ahora le podrán mirar por encima del hombro.

Claro que es más difícil pensar a largo plazo que echar balones fuera en el presente...