Cada día decenas de personas atraviesan la frontera que separa Grecia de Turquía ayudados por mafias. El corredor turco se ha convertido en una de las principales puertas de entrada a la Unión Europea (UE) por su cercanía y por ser una de las vías más seguras. Miles de exiliados de países de Oriente Medio y del norte de África eligen esta ruta para entrar en Europa. El país no pertenece a la UE pero acoge a los recién llegados a la espera de que Europa les dé cobijo.

Turquía es un país a caballo entre Asia y Europa, es decir, tiene una ubicación estratégica. Con una población de 82 millones de habitantes, el país acoge actualmente a alrededor de tres millones de personas migrantes, a las que se está sumando el millón de desplazados de la batalla de Ibdel al norte de siria. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, un islamista de corte autoritario, utiliza a los refugiados para presionar a Europa, que se ha mantenido neutral en la Guerra de Siria, en la que Turquía si participa en contra del régimen de Bassar al Asad.