Una de las teorías más difundidas sobre el origen del reciente brote de coronavirus es que procede de la sopa de murciélago. De hecho, en los últimos días se han viralizado varios vídeos que se relacionan con el origen del coronavirus, iniciado en la ciudad china de Wuhan.

Sin embargo, tal y como asegura el portal de fact checking maldita.es, aunque los murciélagos «sí pueden ser conductores del coronavirus, no está confirmado que el brote actual proceda de una sopa hecha con este animal».

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en un comunicado que «hay pruebas bastante concluyentes de que el brote se originó por exposiciones en un mercado de pescados y mariscos de la ciudad de Wuhan», aunque no aclaró qué animal podría haber iniciado el contagio.

Por su parte, el Ministerio de Sanidad ha publicado que «la fuente de infección está bajo investigación» aunque existe la posibilidad de que se trate de un animal «puesto que los primeros casos se detectaron en personas que trabajaban en un mercado donde había presencia de animales». Los expertos rambién confirman que los murciélagos «pueden transmitir muchos coronavirus» y que «se utilizan para la alimentación en China».

Lo que parece claro, según el microbiólogo Francisco Javier Castillo, es que los coronavirus tienen bastante facilidad para mutar, saltar entre especies y llegar hasta el ser humano.

Él mismo explica que en el 2003 se produjo en Asia un brote de Síndrome respiratorio agudo grave (SARS) cuyo agente causante era un coronavirus procedente de un animal conocido como civeta, una especie de hurón.

También en el 2012 se originó en Arabia Saudí un brote del Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), causado por un coronavirus que pasó de animales -en este caso, camellos- a humanos y se extendió a otros países.