¿Sabes que tu primera impresión sobre una persona se forma en menos de un segundo? El proceso ocurre tan rápido que ni siquiera te das cuenta. Esto ocurre por una razón: valorar lo más rápido posible si lo que tenemos delante es una amenaza o es de fiar, con el objetivo de garantizar nuestro bienestar (o supervivencia).

Es crucial tener nuestra intuición activa, puesto que nos puede salvar la vida; este fenómeno también es conocido como la reacción de lucha o huida. Imagína que un perro te está mirando fijamente, con las orejas erectas y los dientes visibles. Antes de que pienses qué hacer, tu cuerpo ya habrá hecho alguna de las siguientes acciones: alejarse, quedarse quieto o pelear. Estas reacciones son diferentes ante la misma amenaza, debido a lo que has vivido, visto u oído.

Lo mismo pasa con las relaciones interpersonales: antes de besar las mejillas o estrechar las manos ya tenemos nuestra primera impresión de la otra persona. La evolución nos ha dotado de herramientas para sobrevivir pero a la vez, puede perjudicar nuestras relaciones por crearnos una primera impresión equivocada.

Estamos hablando de estereotipos y prejuicios: las chicas son sensibles y tiernas, los hombres no lloran, los chinos son cerrados, los africanos son todos musulmanes... la lista es larga. Estas imágenes están metidas en nuestra cabeza y salen cada vez que relacionamos con gente de estas características. Nos impiden comunicarnos libremente y reducen la posibilidad de la sinergia, de ser colaboradores o posibles amistades futuras.

¿Cómo evitar que esto suceda? Este es uno de los trabajos de los mediadores interculturales: la divulgación al público de los aspectos culturales diferentes que puedan generar malentendidos o conflictos mediante charlas, seminarios, formación, etc. La ciudad de Zaragoza ha tomado consciencia de esta divulgación, ha formado y está formando los agentes antirrumores para llevar a cabo las acciones que puedan favorecer la convivencia y mejorar las relaciones vecinales.

En una formación en la que he colaborado, he tenido el placer de dar las pautas sobre cómo trabajar con la comunidad china y los posibles prejuicios que pueden aparecer. Los asistentes se han sorprendido de la diversidad de culturas en primer lugar, y me hicieron preguntas como ¿por qué los chinos no quieren integrarse?, ¿quieren más al niño que a la niña? o ¿hay algún convenio con el gobierno chino para no pagar impuestos en España? Estaba dispuesto de despejar todas las dudas que pudiera haber para romper esos rumores. ¿Estás tú preparado para formar tu primera impresión de nuevo? Confía en tu intución y supera las barreras de prejuicios y estereotipos.