Barricadas, cortes de carreteras, quema de coches y contenedores... La sentencia sobre el procés ha provocado graves disturbios en las calles de Barcelona y en distintos puntos de la geografía catalana.

Los independentistas consideran que el fallo del tribunal es injusto y que se trata de «una venganza» contra los dirigentes que llevaron a cabo el referéndum del 1 de octubre.

El aeropuerto de Barcelona se convirtió en el primer epicentro de las protestas en Cataluña tras conocerse el veredicto judicial.

Miles de manifestantes bloquearon los accesos a la terminal provocando la cancelación de cerca de dos centenares de vuelos y afecciones a los viajeros que iban a coger un avión.

En el aeropuerto se vivieron graves enfrentamiento entre manifestantes y Mossos d’Esquadra y Policía Nacional, que acabaron con varias cargas policiales y multitud de heridos.

Uno de los manifestantes perdió un ojo por el disparo de una pelota de goma, mientras que en el interior del aeropuerto un turista francés murió de un infarto a causa de los graves incidentes.

Durante la semana pasada, las protestas se trasladaron a las calles de Barcelona y hubo también cortes de carreteras y sabotajes en la línea del AVE.

Los momentos más tensos tuvieron lugar durante las madrugadas del martes al jueves, cuando los manifestantes más radicales provocaron fuegos que afectaron a vehículos, a contenedores y a algunas viviendas.

Todo ello ante la tibieza del gobierno catalán. El presidente Quim Torra hizo un llamamiento a la calma y al cese de la violencia, aunque se unió también a las protestas..

El gobierno de España decidió no tomar medidas drásticas ante esta situación, como le pedían algunos partidos de la oposición.