La invasión de los microplásticos

Daniel Cuesta. 2º de Bachillerato Centro San Valero (Zaragoza)

En vez de pensar, divagar o fantasear con una hipotética invasión alienígena que podría llegar desde el cielo, deberíamos ser más conscientes de que la verdadera invasión está sucediendo ahora mismo y no viene dada por seres de otros mundos, sino por partículas de plástico de menos de 5mm que principalmente van desde los mares, ríos y océanos de todo el mundo a nuestra mesa y de ahí a nuestro organismo.

Estos pequeños invasores llevan entre nosotros desde hace más de 20 años y vienen generados por distintas fuentes, siendo algunas de ellas productos de limpieza, ropa sintética y desechos plásticos. En función de la fuente de origen estos microplásticos pueden dividirse en dos categorías: microplásticos primarios y microplásticos secundarios.

Los microplásticos primarios representan partículas lanzadas directamente al medio ambiente, como los residuos que genera el lavado de ropa sintética, o el roce con el asfalto de los neumáticos. Se estima que este primer grupo representa entre el 15 y el 31% de los microplásticos presentes en los océanos.

A pesar de representar un porcentaje importante, debemos centrar nuestra preocupación en el 69-81% que representan los microplásticos secundarios en los océanos. Éstos vienen generados a partir de grandes partículas u objetos plásticos, a los que sumándoles un tiempo considerable de exposición a los agentes externos naturales tales como la lluvia, la sal marina, el sol, etc. se obtiene la receta perfecta para degradar y desequilibrar ecosistemas enteros.

Pero bien, la pregunta más importante de todas: ¿cómo afectan estos microplásticos al ser humano a nivel orgánico?

Al ser partículas no biodegradables, sino que solo se desintegran en partes más pequeñas, acaban siendo absorbidos o ingeridos por una importante cantidad de organismos alojándose en sus cuerpos y tejidos (un ejemplo somos nosotros, los humanos).

Los microplásticos llegan a nosotros a través de la cadena alimenticia, siendo su principal origen los animales marinos y en una menor medida las bebidas embotelladas e incluso el agua del grifo. Aunque pueda parecer sorprendente y difícil de creer, sus efectos en la salud humana son aún desconocidos al menos a grandes rasgos, pero comúnmente al ser los microplásticos portadores de aditivos y otras sustancias químicas, se puede suponer que provocan toxicidad y cierto riesgo de mortalidad para el ser humano.

¿Cómo podemos solucionarlo? Las soluciones pueden resumirse en la reutilización de objetos plásticos cotidianos y, en su defecto, la sustitución de estos por su homólogo biodegradable o de menor composición plástica.