Para que una persona sea condenada por un delito, esto debe estar regulado en algún sitio, y el lugar donde se regula es el Código Penal. El Código Penal es la ley donde se recogen todos los delitos que puede cometer una persona así como las sanciones que se deben aplicar en cada caso. Según el abogado Alfredo Herranz, «la ley parte de la presunción de que todo el mundo conoce las leyes y nadie puede decir que no sabía que lo que estaba haciendo era delito». Este es uno de los principios básicos del Derecho: La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento, que tiene su origen en la época de los romanos, aunque entonces se decía: Ignorantia juris non excusat.

En un juicio penal se evalúa si la conducta del ciudadano está dentro de ese delito. «Puede haber circunstancias en las cuales la sociedad entienda que una conducta que es delito no debe estar penada, que debe ser penada de manera más atenuada o que hay otras circunstancias en las que la pena deba de ser más grave», cuenta Herranz. Esto es lo que se conoce como ‘agravantes’ y ‘atenuantes’, y lo que hace que dos personas que han cometido un mismo delito puedan tener condenas diferentes. Así, si se comete un delito de homicidio, la condena será menor si el homicidio ha sido en defensa propia o mayor si se ha aprovechado una situación de superioridad, en cuyo caso pasaría a ser un asesinato. «La diferencia es que el homicidio puede ser pensado con 10 y 15 años de cárcel, y el asesinato, con 15 y 25 años, el mismo periodo que se establece en la prisión permanente revisable», señala Herranz. Si se trata de un delito de atentado terrorista o donde mueren dos o más personas, las penas se acumulan y se elevan por encima de los 25 años. Por tanto, «la ley ya contempla condenas superiores a la de la prisión permanente».