En el 2014, la feria londinense Bett, la feria sobre tecnología educativa más importante del mundo, consagró a la programación como la gran herramienta del futuro. En Estados Unidos, la fundación ‘Code.org’, apoyada entre otros por Bill Gates y Mark Zuckerberg, pretende que los niños y niñas aprendan código desde una edad temprana, no para convertirse en genios de la programación, de la misma manera que el objetivo de aprender a leer y a escribir no es ganar el Premio Nobel de Literatura, sino para que pasen de ser meros consumidores a creadores en el red. ‘Code.org’ cuenta con multitud de tutoriales interactivos adaptados a diferentes niveles y edades, en los que se deben ir resolviendo pequeños retos a través de la programación para aprender los pilares básicos.

Hoy en día existen multitud de opciones que permiten a los jóvenes formarse, al menos de manera básica, en el mundo de la programación; desde talleres en los propios centros educativos, ya sea dentro de las asignaturas o como actividades extraescolares, hasta cursos, jornadas y colonias que ofrecen distintas academias y entidades para acercar el mundo de la informática a las nuevas generaciones. También en internet se pueden encontrar plataformas para aprender a programar de una forma sencilla y amena.

Una de las más utilizadas por jóvenes y no tan jóvenes es Scratch, un lenguaje de programación con el que es posible crear historias interactivas, juegos y animaciones, que después se pueden compartir en la red. Este entorno de programación infantil fue ideado por el MIT (Instituto de Tecnología de Masachussetts). A diferencia de otros lenguajes de programación, Scratch utiliza bloques con secuencias de acciones en lugar de códigos que se arrastran y se disponen unos tras otros. Mediante órdenes sencillas, los pequeños logran que sus dibujos se muevan y progresen en la pantalla del ordenador con sonidos incluidos.

La página web de Scratch ofrece innumerables recursos en su sección de ayuda, dirigidos tanto a padres como a educadores. Además, el programa incorpora una serie de guías paso a paso para elaborar tus primeros programas e introducirte así en el mundo del código. También existe una web específica para docentes con multitud de recursos.

Scratch es el programa educativo más conocido pero hay más. ‘AppInventor’ (solo disponible para Android) hace lo propio para las aplicaciones móviles, con bloques de color azul (para modificar variables o propiedades de un objeto) o naranja (para llamar a funciones). Con ambos programas, el estudiante aprende a establecer valores y variables del tipo: ‘if-then’ (si-entonces), por ejemplo.

En el caso de páginas web, hoy en día prima el aprendizaje de HTML5. Para la robótica, se emplea sobre todo el hardware ‘Arduino’. Se trata de un microcontrolador que posibilita controlar motores, ‘leds’ de iluminación, sensores, etc. y con el que es posible construir robots de todo tipo e incluso, un dron, lo que para muchos se ha convertido en el ‘bricolaje’ de los nativos digitales.