Alrededor del Día de Aragón, el alumnado de 4º de Secundaria del Colegio Santo Domingo de Silos de Zaragoza visitaron el pueblo viejo de Belchite, unas ruinas que nos hacen reflexionar sobre la historia de nuestra pasada Guerra Civil para no cometer la misma barbaridad; es también una llamada a la lucha por la paz y la solidaridad.

Los estudiantes, acompañados por las guías, fueron recorriendo las ruinas del pueblo y atendiendo a las explicaciones históricas. Los chavales quedaron bastante impresionados al recorrer los sitios donde hace años se levantaba un majestuoso pueblo, con varias iglesias, conventos, palacios, casas y establecimientos del lugar, convertidos en la estampa del dolor, la tristeza, la injusticia, el egoísmo, en definitiva la guerra.

En Belchite se produjo una batalla desmedida entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1937, en el marco de la ofensiva del ejército republicano sobre Zaragoza. Seis meses después, las tropas franquistas volverían a tomar Belchite de modo definitivo. Se estima que los muertos alcanzarían la cifra de 6.000 en la contienda.

Terminada la guerra, el régimen de Franco decidió no reconstruir el pueblo sino crear uno nuevo al lado, hoy conocido como Belchite nuevo, utilizando prisioneros republicanos como mano de obra. Las ruinas del anterior se dejaron como recuerdo de la Guerra Civil.

El trazado de las calles del pueblo y gran parte de sus edificios constituyeron ejemplos importantes de la arquitectura mudéjar, hoy reducidos al recuerdo. Los alumnos pasearon por sus calles imaginando la belleza narrada por las guías de turismo, pero inmersos en una realidad desoladora.

Después de almorzar en un parque cercano, los estudiantes visitaron el pueblo nuevo, y posteriormente el llamado campo de Rusia y las trincheras.

La jornada terminó con un rato de convivencia, pero todos los participantes se llevaron una idea importante: la guerra todo lo destruye, la paz todo lo construye.