-La primera raqueta que cogiste fue la de tenis...

-Sí, empecé con 3 años a jugar a tenis. En el 2011 empecé a jugar a pádel porque mis padres lo practicaban, aunque no me gustaba mucho. Ya el primer año empecé a jugar torneos con una amiga y me llamaron de la selección aragonesa para jugar el Campeonato de España. Fui a jugar con la pala de mi madre, porque ni siquiera me había comprado una.

-Pero se te daba bastante bien.

-Sí, porque venía del tenis. El pádel es una mezcla entre el tenis y el squash. La diferencia es que se juega por parejas y hay que dejar botar la pelota en el suelo o en la pared.

-¿Cuántas veces has sido campeona de Aragón?

-Del 2011 al 2014 lo ganamos todos los años. También estuvimos en campeonato de España por selecciones y por clubes y en otros master y torneos territoriales, donde quedábamos en muy buen puesto. En el 2015, en el campeonato de España que se jugó en Zaragoza, quedamos segundas con Aragón.

-¿El pádel es un deporte caro?

-Para empezar no requiere de mucha inversión. Luego depende de lo que te quieras gastar: una pala buena está entre los 200 y 250 euros y las zapatillas, sobre los 100. Lo que es más caro es alquilar las pistas para realizar los entrenamientos cuando ya tienes buen nivel y tienes que practicarlo más, y eso que ahora hay ya muchos sitios donde se puede hacer. Cuando yo empecé prácticamente solo estaban el Estadio El Olivar y el Stadium Casablanca.

-Aragón es una potencia mundial del pádel femenino gracias a las hermanas Sánchez Alayeto. ¿Quiénes son?

-No las conozco personalmente pero sí que he entrenado con ellas. Han sido campeonas del mundo de pádel, tienen mucha constancia y han llegado donde están a base de entrenar muchas horas y trabajar muy duro. No se puede vivir del pádel pero cuando te gusta mucho y tienes tanta pasión, no te importa.

-¿Tienen más dificultades las jugadores de pádel que sus compañeros?

-En los grandes torneos sí que hay diferencias en los premios en metálico que se entregan a los ganadores en categoría masculina con las de femenino, a veces incluso del doble. En los patrocinios sí que se ha equilibrado bastante, y a la hora de entrenar, no hay desigualdad. También se hacen torneos mixtos donde pueden participar parejas formadas por hombres y mujeres.

-¿Por qué dejaste el pádel y te decantaste por el motociclismo?

-Hace ya unos años empecé a estudiar el Grado Medio de Preimpresión Gráfica y luego el de Impresión. Como iba a clase por las tardes ya no podía entrenar con mis compañeros, lo hacía por las mañanas con gente que era aficionada y perdí bastante nivel. Al final terminé dejándolo. Ahora estudio el Grado Superior de Diseño Gráfico. De momento he decidido estudiar y dejar un poco al margen lo de trabajar, porque económicamente no lo necesito; mis padres prefieren que estudie.

-¿Y cuándo te subiste por primera vez a una moto de carreras?

-Desde pequeña siempre me han gustado mucho las motos pero nunca había cogido ninguna porque me parecía una locura. Hace un par de años mi novio empezó a practicar karting y a mi me gustaba mucho el mundo del circuito. Vi que había mini motos y me decidí a probar. Ahora corró con una moto de 250 cc. De momento no compito, solo entreno y me preparo en el Circuito de Zuera, donde estamos dos chicas.

-La victoria de Ana Carrasco en el mundial de Supersport 300, ¿animará a que haya más mujeres en el motociclismo?

-Cada vez se ven a más niñas subirse a una moto desde pequeñas. Parece que es un deporte donde hay mucha discriminación pero no, yo creo que es porque la mujer todavía no se ha atrevido a entrar en el mundo del motociclismo.