La contaminación es la introducción de sustancias y otros elementos físicos en un medio que provocan que este sea inseguro o no apto para su uso. Dependemos de la naturaleza para nuestra agricultura, ganadería y recursos minerales. La Revolución Industrial permitió al ser humano poner en funcionamiento máquinas más eficaces para aprovechar esos recursos con facilidad y rapidez. Pero la naturaleza no es una fuente ilimitada. Estamos alterando de manera nociva su estado a un ritmo frenético, es decir, la estamos deteriorando introduciendo agentes contaminantes.

La contaminación atmosférica causa un gran daño al medio ambiente y la muerte prematura de 2,3 millones de personas en el mundo según la Organización Mundial de la Salud. Un estudio de la Unión Europea prevé que para 2050 haya un mayor deterioro del aire. Sus enemigos más problemáticos son el dióxido de carbono, de nitrógeno y el ozono. Esta contaminación se debe a los escapes de gases de motores, a los aparatos domésticos y a las industrias. Asimismo, la contaminación de ríos, mares y lagos provoca la destrucción de la vida acuática. Tan solo el 0,007% del agua que hay en la Tierra es potable y ese agua se reduce año tras año debido a la contaminación.

Talamos bosques, ensuciamos el agua con vertidos tóxicos, generamos basura y nos ponemos desodorante, gastamos petróleo, fumigamos y derrochamos energía produciendo frutas y verduras que no son de temporada. Contaminamos diariamente y el progreso tecnológico no ha hecho más que originar nuevas formas de contaminación y nuevos medios que contaminar.

Este verano, un reportaje de el periódico norteamericano The New York Times alertaba sobre el uso de los aires acondicionados en los hogares de China e India que tienen una gran población y donde no se aplican muchas medidas para limitar la emisión de gases contaminantes.

Según el diario estadounidense, a este paso, hacia el año 2050, un 27% del calentamiento global provendrá de los gases que estos aparatos desprenden hacia la copa de ozono. La presencia de estos gases en la atmósfera hace aumentar la temperatura media del planeta, por lo que cada vez será más necesario enchufarlos para combatir las altas temperaturas. Se trata de un círculo vicioso difícil de controlar pero que puede tener graves consecuencias para la contaminación y para la propia salud de los seres humanos.

Y por si esto fuera poco, a esto hay que sumar otros tipos de polución, como la acústica que se registra en muchas ciudades; la nuclear, cada vez que se producen algún accidente en una central, como la japonesa de Fukushima; o la tecnológica; entre muchas otras.

Adriana Cedeño

4º de ESO

Colegio La Salle Montemolín